2020.04.24
Vía El Sol de México
No es la primera vez, ni será la última, en la que durante este sexenio la relación gobierno-prensa, se encuentre en un momento complejo y en ocasiones tenso. Esta situación no es característica sólo en este régimen, ni sólo en México, se da también en otras partes del mundo, como también, encontramos casos en diversos episodios de la historia.
El hecho es: que cuando a un gobernante no le gusta lo que dicen los medios impresos o la radio y televisión, por opinar en sentido diverso a sus políticas, comienza el “ataque” contra los medios de diversas formas: verbal, medidas legales, auditorias fiscales, entre otras, lo que lleva de facto a pensar en un gobierno autócrata.
Lo que está ocurriendo hoy en el país, se centra en la cobertura del Covid-19, ya no hablemos del panorama económico; la cuestión es, que, por un lado, la Secretaría de Gobernación sale y anuncia medidas legales contra medios, y por el otro, el Presidente manda la señal que se detengan. Esta situación lleva a pensar dos cosas: o no hay coordinación en el gabinete o es una acción perniciosa del gobierno para distraer y no se hable del fondo (crisis del país).
En la tradicional mañanera del pasado miércoles, el Ejecutivo Federal fue muy enfático al hablar de una prensa conservadora y se refirió a algunos medios (TV Azteca, Televisa, El Universal, Reforma, Excelsior) y sobresale lo siguiente que cito textual:
“Entonces, no hay en México un periodismo profesional, independiente, no digo objetivo porque eso es muy difícil, la objetividad es algo muy relativo; pero ético, estamos muy lejos de eso…Y lo mismo la radio, lo mismo la televisión… optaron muchos por la mentira.”
Por más que el gobierno exprese que respeta la libertad de expresión, se percibe que no es tolerante, cuando debe existir un respeto no sólo a la libertad de expresarse (oral o por escrito), sino también, a la libertad de pensar, que se traduce básicamente, en la libertad de conciencia de cada uno de nosotros.
Es factible que lo aquí escrito no le agrade al Ejecutivo, que prefiera aplausos a sus obras, o que se tome como biblia su “manual de periodismo 4T”. Recientemente, las organizaciones Human Rights Watch y el Comité para la Protección de los Periodistas alertaron que los gobiernos de Bolivia y Puerto Rico están utilizando la pandemia para adoptar medidas que amenazan la libertad de expresión, se está sancionando a quienes critican las políticas públicas.
Lo que debe quedar claro es que, si México se considera un Estado de derecho y democrático, lo primero es el respeto a las libertades, entre ellas expresarse libremente en medios impresos y la radiodifusión.
Interferencias
Es de reconocerse lo hecho por el IFT y operadores de telefonía e internet fijos, entre ellos IZZI, ATT, Telmex, Total Play, entre otros, por lograr acuerdos para que usuarios afectados por el Covid-19 se mantengan comunicados y conectados. Aquí está una muestra clara de que si una autoridad se sienta, escucha y concilia con las empresas, habrá soluciones y apoyos; no demagogia ni sólo mis proyectos.