Rodrigo Pérez-Alonso/ Excélsior
Este pasado mes de diciembre nos enteramos de las más recientes noticias sobre los malos resultados que ha estado sufriendo Nextel (NII Holdings Inc) a lo largo del 2013. Ahora, el lunes de esta semana, Telefónica Movistar y Nextel anunciaron una alianza para que Nextel utilice la infraestructura de la primera en comunidades en donde actualmente no llegan sus servicios, confirmando así que la empresa ha estado en caída libre y está cambiando su estrategia.
Bajo la conducción de Peter Foyo, la empresa creció a ritmos constantes desde que se estableció hace más de 15 años en México. En gran medida, el éxito de la compañía se basaba en el sistema de radio ilimitado, su cobertura en las regiones más importantes del país sin cobrar larga distancia (como si lo hacían Telcel y los otros operadores), su modelo de negocios orientado hacia empresas y la diferenciación con los demás operadores de telefonía. Sin embargo, el mercado fue evolucionando y la tecnología utilizada por Nextel (iDEN) se volvió obsoleta mientras los usuarios demandaban smartphones y aplicaciones que consumen mucho ancho de banda. El modelo de radiolocalización fue rebasado por la “inteligencia” de los aparatos terminales de otras compañías y las aplicaciones que ofrecían.
Es por ello que en 2010 Nextel participó y ganó frecuencias en la licitación de espectro radioeléctrico que el entonces órgano regulador —la Cofetel— llevó a cabo en la banda de 1.7-1.9 GHz en las licitaciones 20 y 21, ampliamente cuestionadas por actores patrocinados por motivos económicos. En esas licitaciones Nextel se alió con Televisa para obtener un bloque de espectro que le permitiría competir a nivel nacional y ofrecer servicios de 3G. Sin embargo, por presiones políticas (principalmente respaldadas por Grupo Salinas), en los medios con voceros patrocinados y el activismo judicial, la alianza se disolvió. Al final, Televisa dejó a la novia en el altar y se alió con Grupo Salinas en Iusacell para incursionar en el mercado de telefonía móvil y ofrecer servicios de triple play.
Sin duda, esto dejó a Nextel en una posición vulnerable ante los altos costos del despliegue de infraestructura, migración de tecnología y la necesidad infusión de efectivo para mantenerse a flote. Al final, optó por desplegar su propia infraestructura pero llegó tarde a la fiesta. El año pasado NII Holdings vendió su filial en Perú y sus torres de transmisión en México a American Tower, empresa operadora de torres de telecomunicaciones.
Así, este lunes Nextel anunció su alianza con Telefónica Movistar para utilizar su infraestructura. La empresa anunció la salida de Peter Foyo hace unas semanas y está bajo un proceso de reestructuración ante la pérdida de casi una quinta parte de sus suscriptores de postpago. Nextel tiene alrededor de 24% del mercado pero parece que esto no salva que el paciente está en coma y espera ser rescatado.
La velocidad y dinámica de este mercado es sumamente agresiva y todo indica que Nextel no está sobreviviendo la carrera. Sin embargo, esto también significa que la eventual compra de Nextel representa menos competencia y opciones para los consumidores. Esperemos que resista.
Twitter: @rperezalonso
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