2014-12-15
El día de ayer, la Comisión Federal de Comunicaciones (FCC, por sus siglas en inglés), órgano regulador de Estados Unidos en materia de telecomunicaciones, decidió eliminar el concepto regulatorio conocido como neutralidad de la red.
La neutralidad de la red, establecida en la regulación estadounidense desde 2015, bajo la administración de Barack Obama, básicamente impedía que proveedores de servicios de internet pudiesen discriminar entre contenidos que viajan por la red. Es decir, cualquier tipo de contenido tenía la misma oportunidad de circulación en la red, con las mismas velocidades de transmisión.
Con la eliminación de este mandato, ahora los proveedores de este servicio podrán decidir qué y cuáles contenidos tendrán preferencia sobre otros. En otras palabras, los proveedores ahora podrán cobrar por privilegiar ciertos contenidos a aquellos generadores de contenidos que puedan pagar por privilegiar la trasmisión de éstos.
Incluso, los proveedores de internet ahora podrán darle preferencia a sus propios contenidos, respecto al de otros jugadores de la industria. Por ejemplo, la estadounidense Comcast ahora puede bajarle la velocidad a un servicio tipo Netflix con el fin de hacer más competitivo su propio servicio de video.
Esta decisión va a tener implicaciones importantes en el mercado. Tiende a favorecer a las grandes compañías que pueden pagar para que sus contenidos resulten beneficiados y perjudicar a empresas pequeñas que seguramente serán discriminadas.
Veremos qué sucede en México. Si el Instituto Federal de Telecomunicaciones seguirá o no a su homólogo estadounidense en este tipo de regulación. Con el enorme poder de mercado y concentración que tiene el principal proveedor de internet en el país, Telmex, no parecería una buena decisión eliminar la neutralidad de la red.
En otro tema:
Ayer arrancaron las precampañas electorales. Desde el 14 de diciembre y hasta el 11 de febrero los mexicanos nuevamente estaremos inundados de propaganda electoral.
En estos menos de dos meses se van a trasmitir 11.1 millones de spots de partidos políticos, así como 6.7 millones de promocionales de las distintas autoridades electorales involucradas en el proceso. Partidos y coaliciones tendrán 30 minutos diarios para anunciarse en cada una de las 3,111 estaciones de radio y TV en todo el país.
Con toda franqueza, qué horror de bombardeo. Además de lo monótono y poco interesantes que son todos esos anuncios, los ciudadanos acabamos muy cansados de tanto proselitismo. Y todavía falta el periodo de campaña.