El nuevo titular de la Subsecretaría de Comunicaciones de la SCT, Edgar Olvera Jiménez, afirmó en una entrevista reciente a días de su nombramiento que el mercado de telecomunicaciones está por arrancar una nueva etapa de desarrollo pleno, basado en la incursión de nuevos operadores y el impulso de nuevas inversiones que se traducirán en cobertura universal y diversidad de ofertas de servicios en beneficio de los consumidores.
No obstante, reconoce que aún continúan los elevados niveles de concentración de mercado y de escasa competencia efectiva, circunstancia que hemos referido en este espacio en numerosas ocasiones. Prueba de ello es que aún hay rincones del país en los que sólo hay un solo oferente, el preponderante, y que a tres años de la reforma al marco normativo sectorial y de la definición de un conjunto de reglas asimétricas aplicables a éste, la estructura del mercado no se ha modificado significativamente.
De acuerdo con los principales indicadores de telecomunicaciones del tercer trimestre del 2016 dados a conocer por el IFT, la participación de mercado del preponderante se mantiene prácticamente en la vecindad de 65% en los segmentos en los que provee servicios, el mismo nivel que a la entrada de la regulación asimétrica de preponderancia.
En líneas fijas asciende a 64.2% y en móviles a un coeficiente similar de 65.7%, en banda ancha móvil supera la tenencia siete de cada 10 accesos (70.4%) y en banda ancha fija apenas abandona el rango de seis de cada 10 (57.7 por ciento). Mientras que en ingresos de telecomunicaciones fijas (telefonía fija, internet fijo y TV de paga) Telmex-Telnor contabilizó cerca de 5 de cada 10 pesos (47.9%) generados por los operadores y en aquellas móviles de 7 de cada 10 pesos (70.4%). Todas estas estadísticas aún en un rango superior a 50% de participación de mercado y, por tanto, en un escenario de excesiva concentración de mercado y persistente posición de preponderancia.
Ello es un indicador de que las medidas asimétricas no han materializado su promesa esperada y consecuentemente, incumplida. En donde el operador preponderante ha perdido escasamente usuarios y continúa ganando los mismos ingresos e incluso acumulando más en ciertos mercados, mientras que sus competidores continúan enfrentando dificultades para ganar mercado y ofrecer sus servicios en condiciones similares que aquel.
A su vez, evidencia que las medidas han sido insuficientes para detonar esa reconfiguración de los mercados hacia la competencia efectiva, tal como lo confirmó el IFT semanas atrás en su revisión de la preponderancia.
Es un hecho que a decir de la evaluación e indicadores de los órganos de política pública y regulatoria de las telecomunicaciones en México (SCT e IFT), se identifica un diagnóstico coincidente y reiterado de falta de competencia.
A más de dos décadas de los primeros esfuerzos para su gestación, se ha convertido un lugar común referir a las telecomunicaciones de este país como de excesiva y persistente concentración de mercado por un solo agente económico.
Las nuevas medidas de preponderancia abren una oportunidad para (¡ahora sí!) abandonar estos recurrentes dictámenes de escasos avances en competencia y mínimo rebalanceo de mercado hacia los operadores competidores. Dependerá de su aplicación y cumplimiento efectivo, así como de supervisión, seguimiento puntual y sanción a su incumplimiento para verificar su eficacia.