Javier Tejado
Reforma
La transición a la TV digital es importante: por un lado, los televidentes reciben una mejor calidad en el audio y video, pero sobre todo se logra una mejor utilización del espectro radioeléctrico, lo que libera mucho y valioso espectro para su uso en nuevos servicios de telecomunicaciones, tales como telefonía móvil.
EU, por ejemplo, inició su transición a la TV digital en 1997 y la concluyó en 2009. Tuvo diferimientos, dado que no habían alcanzado una penetración adecuada. Para ello, el Gobierno norteamericano, vía la FCC, otorgó un subsidio a los consumidores por mil 500 millones de dólares para la compra de decodificadores y televisores. Es mucho dinero, pero fue una inversión rentable, pues con licitaciones de servicios móviles de telecomunicaciones recaudaron 19 mil millones. Así, por cada dólar invertido generaron 12.6 dólares.
Pero los norteamericanos no sólo le dedicaron recursos, también se coordinaron: el Ejecutivo con el Congreso para la disponibilidad de los recursos, pero también con los 3 mil 33 condados en los Estados Unidos, pues las estaciones de bomberos de cada uno de éstos fueron los responsables de instalar en cada hogar los receptores digitales.
En México se adoptó en 2004 el estándar norteamericano de TV digital Las televisoras mexicanas han adaptado el esquema de transición de las empresas norteamericanas, y en casi todo el País ya hacen transmisiones tanto analógicas como digitales, lo que es un doble costo. Pero hasta aquí llegan las similitudes con EU. La coordinación oficial en México es lamentable Primero, se perdieron 2 años en litigios con el Congreso, dado que el Presidente emitió un decreto adelantando la transición de TV digital del 2021 al 2015.
Pero también la Secretaría de Gobernación no ha realizado campaña alguna de información al público sobre qué hacer en el cambio de televisor (en México, las familias cambian TV cada 8 años); la Secretaría de Economía no ha frenado la importación de TVs analógicas (hay que cerrar la importación de las TVs de desecho de EU); y, el Inegi no tiene medición alguna de cómo va avanzando la instalación de TVs analógicas en el país.
Por su parte, la Cofetel tiene hechas un desastre las etapas bajo su liderazgo: los medios públicos se quejan de que requieren miles de millones para su transición; los medios privados no tienen idea de cómo van a operar los decodificadores digitales que van a licitar ni cómo se van a repartir; en el Congreso -en todo el sexenio- no han conocido plan alguno para ver cuántos recursos se requieren para subsidiar la TV digital. Y por si estos pendientes no fueran ya muchos, el esquema que el Presidente de la Cofetel piensa usar para comprar 200 mil decodificadores y/o TVs para la ciudad de Tijuana -plaza en donde en abril de 2013 se deben concluir las señales analógicas- es ilegal.
Y es que Mony de Swaan anunció que le habían autorizado 360 millones de pesos del Fondo de Cobertura Social (FONCOS), para que Cofetel lleve a cabo una licitación a efecto de contratar un proveedor que entregue 205 mil decodificadores de señales de TV digital y los instale en igual número de hogares en Tijuana, con todo y cableado. Pero el FONCOS es un fondo establecido por el Congreso, hace casi 10 años, pero para otro propósito.
El tema es que parece que tanto en Cofetel como en la SCT pasaron por alto las reglas de operación de este programa En dichas reglas, publicadas en el DOF el pasado 28 de septiembre, se dice textualmente en el capítulo IV que los recursos del FONCOS se destinarán; para la creación de infraestructura de telecomunicaciones y sólo podrán ser otorgados al operador de telecomunicaciones, quien será el propietario de la nueva infraestructura. Por lo que la operación y mantenimiento de la misma será su responsabilidad y que no podrán ser otorgados directamente a los usuarios finales como subsidio a su consumo.
En el caso de la licitación que Cofetel pretende llevar a cabo se estaría dando un uso a los recursos del FONCOS no previsto en sus reglas de operación. Lo que estaría metiendo a varios funcionarios en problemas, al permitir un uso irregular de los recursos asignados.
Sumado a lo anterior, está el hecho inexplicable de por qué sería Cofetel la autoridad que llevará a cabo la licitación para la contratación del proveedor de los receptores digitales cuando, por principio de cuentas, es una actividad que no está prevista entre las facultades de la Cofetel. Es más, el Presidente Calderón asignó expresamente a las Secretarías de Economía y de Desarrollo Social, en el decreto que publicó el 2 de septiembre de 2010, esta obligación.
Así, todo apunta a que la primera prueba para la transición a la TV digital -Tijuana- será un fracaso. Responsabilidad exclusiva del Gobierno, que sencillamente no ha querido coordinarse con los actores involucrados en lo que debiera ser una política pública prioritaria.
Con ello, la Administración entrante seguirá recibiendo pendientes, mientras el presidente de la Cofetel recorre dos continentes en 13 días. Claro, con viáticos oficiales. Es Director de Información de Televisa y fundador del IDET. El texto no necesariamente representa las opiniones de las instituciones mencionadas.