Javier Tejado Dondé/ Reforma
Hace unos días, la Secretaría de Comunicaciones y Transportes presentó su plan de infraestructura para el sexenio 2013-2018. Es un plan detallado y ambicioso que costará 700 mil millones de pesos para concretar cinco proyectos prioritarios, a saber: la red mayorista estatal en la banda de 700 MHz, una red troncal, la entrega de decodificadores o televisores para la transición a la TV digital, la puesta en órbita de dos nuevos satélites y la operación de 80 mil sitios públicos con acceso a Internet.
De estos proyectos en telecomunicaciones llamaron la atención dos datos: i) que el Gobierno piensa invertir en ellos casi 74 mil millones de pesos en los próximos 5 años. Esto significa que, en promedio, la SCT destinará cada año 13 mil 567 millones de pesos. La cantidad que planea le sea autorizada para estas inversiones es mucho mayor de lo que ha acontecido en los últimos años (ver tabla).
El otro dato es que ii) la SCT reconoce que lo que el Gobierno aportará es apenas el 10 por ciento de lo que costaría llevar a cabo sus cinco proyectos prioritarios. La SCT establece que estos van a costar 700 mil millones de pesos, y si el Gobierno va a invertir 74 mil millones, la iniciativa privada ya sea por medio de asociaciones público-privadas o a través de inversión directa tendría que invertir 626 mil millones.
La SCT no detalló la metodología utilizada para estimar los 626 mil millones de pesos restantes que espera que la iniciativa privada aporte al sector, así como tampoco hizo referencia a compromisos de inversión que respalden dicho monto. Pero es claro que está haciendo una fuerte apuesta a que la recientemente aprobada reforma en telecomunicaciones genere inversiones provenientes de México y del extranjero. Para ello requiere generar certeza de tal manera que los capitales apuesten por venir a México y hacer inversiones de largo plazo en el sector telecomunicaciones.
Esto no ha probado ser sencillo, pues pocos son los inversionistas que han arriesgado invertir en México. Citan dos motivos fundamentales, lo difícil de competir contra una empresa dominante (Telcel-Telmex) que cuenta con el 70 por ciento de las líneas de telefonía móvil, 80 por ciento de la telefonía fija y 90 por ciento de Internet. Este grado de dominancia no existe en ninguna otra parte del mundo. Ante ello, la pregunta es si las nuevas reglas de preponderancia permitirán una competencia más ordenada.
El otro tema que aluden los inversionistas para no venir a México son los interminables juicios. La reforma constitucional desapareció la posibilidad de estar solicitando suspensiones judiciales y acotó severamente la posibilidad de interponer juicios ad infinitum. Aquí la pregunta es si las nuevas reglas para litigar dan o no los incentivos adecuados a los inversionistas.
Así, la clave para que la SCT logre materializar su plan de inversiones es certidumbre. Certidumbre en quiénes van a ser los nuevos reguladores en el Instituto Federal de Telecomunicaciones (Ifetel). Certidumbre de quiénes serán los juzgadores y cómo van a operar los nuevos tribunales especializados en materia de telecomunicaciones. Certidumbre de cómo va a competir el Estado mexicano, a través de la nueva infraestructura de redes que está construyendo, contra los particulares. Certidumbre en los conceptos y definiciones que traerá la legislación secundaria.
No hay aún nada de estos cuatro temas claves. Pero todos se construirán en los siguientes cuatro meses. De ellos dependerá el éxito o el fracaso del programa de infraestructura de la SCT.
CAMBIANDO DE TEMAS:
¿Sabía usted que la Constitución tiene tres mecanismos distintos para el nombramiento de Comisionados de Ifetel y la nueva CFC? El artículo 28, el inciso II del artículo 76, y el Sexto Transitorio.
Reconocimiento a la trayectoria en el sector público y en el privado, de Carlos Lara, al ser nombrado director general del IMER. Ha formado una generación de destacados servidores públicos y, como pocos, ha trabajado a favor de la radiodifusión mexicana.
Director de Información de Televisa y fundador del IDET. El texto no necesariamente representa a las opiniones de las instituciones mencionadas.
twitter: @jtejado
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