En un nuevo episodio de contrarreforma regulatoria, el Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT) ha autorizado que el operador preponderante (Telcel) obtenga los derechos para explotar 60 MHz de la banda de 2.5 GHz, previamente concesionados a Grupo MVS. Con ello, Telcel amplía su ya de por sí excedida cuota de frecuencias del espectro radioeléctrico, anticipadamente a la posible y eventual licitación a la que podrían acceder sus competidores, con lo que se acentúan las bases de la inequitativa competencia en el mercado móvil mexicano.
En otras palabras, testificamos un nuevo capítulo en el que el IFT sigue empoderando al preponderante, en plena época que, conforme al espíritu de la reforma telecom, debería estar haciendo justamente lo opuesto: nivelando el terreno competitivo.
Sigue sorprendiendo que el regulador no vea o no entienda (o no quiera ver ni entender) las ventajas competitivas que con esto genera a favor del operador al que declaró preponderante quien cuenta con 64.8% de las líneas y 70.8% de los ingresos móviles, autorizándole ahora concentrar más de la mitad del espectro en operación.
Según el IFT con esta autorización el preponderante tan sólo “acumularía 29.77% del espectro total (asignado y disponible) en las bandas consideradas: 700 MHz, trunking, celular, PCS, AWS y 2.5 GHz” (https://goo.gl/oyUvDl). Sin embargo, en realidad alcanzará 51% del total tenencia espectral, muy por arriba de sus competidores (AT&T 32% y Movistar 16%), de acuerdo con cifras del IDET.
El cálculo del IFT está basado en frecuencias que aún no se han puesto en operación (90 MHz de la banda de 700 MHz), que no se han licitado y que incluso se ha pospuesto el proceso para su asignación (130 MHz restantes de la banda de 2.5 GHz). Pero que a decir del regulador será en el corto plazo en el que los operadores competidores tendrán acceso a estas porciones del espectro.
La expectativa de éstos es que no será hasta finales del 2018 (por estimar un plazo mínimo) cuando efectivamente hagan uso de la banda de 2.5 GHz, eso sí el proceso de licitación comienza en el tercer trimestre de este año. Lo que inevitablemente abre una ventana de oportunidad en el tiempo para que el preponderante aventaje aún más a sus competidores y gane empoderamiento vía la obtención de una porción del espectro eficiente y con mayor capacidad de transmisión de telecomunicaciones móviles.
Estamos hablando de un plazo de poco más de un año y medio en el que el preponderante será el único operador que tendrá derechos de uso de la banda de 2.5 GHz y que podrá proveer servicios de 4G-LTE en mejores condiciones de velocidad de descarga y cobertura.
Pero más grave aún es confirmar la realización cierta de un nuevo episodio de contrarreforma del regulador y de contravención al mandato constitucional de garantía de provisión de telecomunicaciones en condiciones de competencia y de imposición de límites a la concentración de tenencia espectral.
Ante ello es obligación y responsabilidad del regulador evitar mayores retrasos a licitación de la banda de 2.5 GHz e impedir una mayor posición de ventaja para el preponderante.
En otras palabras, el regulador debe comenzar con el proceso de asignación de los 130 MHz restantes cuanto antes para que los operadores competidores puedan comenzar a explotar estas frecuencias al mismo tiempo que el preponderante, así como debe impedir a Telcel participar en éste, para así prevenir un mayor desbalance en la tenencia espectral.