Ernesto Piedras | El Economista | 2 de Septiembre de 2015
Desde la publicación y entrada en vigor del Acuerdo de Convergencia de Servicios en octubre del 2006, los operadores de televisión restringida están facultados para el ofrecimiento de servicios convergentes (telefonía, internet y televisión) a través de sus redes.
Este hecho derivó en el surgimiento de múltiples ofertas de servicios empaquetados de doble, triple e incluso, cuádruple play que detonarían la adopción y asequibilidad de la televisión de paga, la telefonía e internet fijos, a través de precios bajos y mejores condiciones en la calidad de los mismos.
Efectivamente, la reunión del avance tecnológico y la generación de condiciones de convergencia de servicios propiciaron que incluso se alcanzaran economías en precios por el empaquetamiento de servicios en la vecindad el 40% – 60%, desde hace más de ocho años. Esta mejora en las condiciones tarifarias de los servicios se consolida como el principal motor de la dinámica acelerada que presenta la adopción en hogares de los servicios de triple play.
Ello a su vez, se tradujo en la incorporación al mercado de aquelloshogares, especialmente en niveles socioeconómicos medios y bajos, que anteriormente no contaban con estos servicios en razón del elevado nivel de precios y consecuente limitada asequibilidad. Este efecto de expansión del mercado a segmentos bajos es aquel que se denomina de “creación de mercado”.
Por ejemplo, en el caso de la telefonía fija, destaca que aquellos operadores de televisión restringida por cable presentan un crecimiento de cuatro dígitos (1,125%) en su estadística de líneas desde su incursión en este segmento en el 2007 al segundo trimestre del 2015 (2T15), mientras que el operador preponderante (Telmex) registra una pérdida equivalente a 28 por ciento. Lo anterior resulta en un caso del concepto denominado “desviación de mercado”, ante un balance total de líneas que oscila alrededor de un promedio de 19.5 millones durante el periodo considerado.
Una historia semejante se identifica en el mercado de banda ancha fija, cuya oferta asequible por parte de los cableros alcanza un coeficiente de crecimiento aproximadamente dos veces superior (568%) a aquel que muestra el preponderante (313 por ciento).
Esta dinámica se traduce en una cobertura de servicios que alcanza 2.4 millones de líneas fijas y 4.4 millones de suscripciones de banda ancha al 2T15, equivalente a una provisión de servicios en hogares de 7 y 14%, respectivamente.
Asimismo, las empresas cableras han contribuido a la mejora en la competencia efectiva. En efecto, el Índice de Herfindahl-Hirschman (IHH) se ha reducido como reflejo de la menor concentración en ambos segmentos. El IHH del mercado de telefonía fija pasó de la vecindad de 8,000 puntos (nivel de elevada concentración), a 4,724 puntos, mientras que en el caso de la banda ancha fija la ganancia en competencia resulta de su reducción, de 4,096 puntos, a un nivel cercano a la concentración moderada equivalente a 2,904 puntos.
Con todo ello se evidencia que la entrada de empresas cableras a estos segmentos del mercado ha resultado en una alternativa diferente para aquellos usuarios que se encontraban cautivos bajo la oferta del operador incumbente (Telmex). Efectivamente existen efectos directos y medibles sobre la competencia, pero sobre todo en la adopción de Internet y telefonía fija en los hogares.
Conviene insistir que los consumidores menos favorecidos por la falta de cobertura y limitado poder adquisitivo encuentran una alternativa atractiva de servicios empaquetados, de calidad y a precios accesibles. Este efecto del mercado lo muestran las cifras de migraciones y nuevas contrataciones por parte de individuos y hogares en el país.