El Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT) está en plena revisión de la efectividad de la regulación asimétrica, aplicada a América Móvil como agente económico preponderante en las telecomunicaciones.
Los indicadores de suscriptores, ingresos y tráfico no sólo no han disminuido en el caso del preponderante, sino que han incrementado. Es decir, a pesar de la regulación específica, el mercado no se ha nivelado y permanece con altos índices de concentración. En servicios móviles, Telcel mantiene casi el 70 por ciento del mercado. Estamos muy lejos de lograr condiciones de competencia efectiva.
Es en este contexto que América Móvil recién anunció la intención de compra a Grupo MVS de 60 MHz de la banda de 2.5 GHz. Este espectro, bien del dominio público, fue un regalo que le hizo la SCT de Ruiz Esparza a MVS cuando vencieron sus títulos de concesión. En lugar de rescatar a favor del Estado la totalidad de los 190 MHz que tenía asignados, le obsequió 60 MHz. ¿Con qué criterio? Pues quien sabe.
Por si fuera poco, la SCT y el IFT, decidieron posponer la licitación de los 130 MHz restantes, con el argumento de esperar a que primero se licitara la Red Compartida. Sólo hay tres clientes (sin contar a los operadores móviles virtuales) que pueden comprar capacidad de dicha red: ATT, Telefónica y América Móvil.
Si el IFT autoriza esta transacción de espectro, América Móvil satisfaría sus necesidades de espectro, lo que llevaría al fracaso el proyecto de la tan cuestionada Red Compartida. Ya sólo quedarían ATT y Telefónica para consumir capacidad.
Pero esto no es lo más preocupante. Lo grave es que según el Instituto del Derecho de las Telecomunicaciones (Idet), si se llegara a concretar esta compra de los 60 MHz de espectro por parte de América Móvil, esta empresa alcanzaría una acumulación de espectro de 51 por ciento de la totalidad disponible para servicios móviles. Una aberración si se considera que es el agente económico preponderante.
Si tanta urgencia tiene MVS de deshacerse y vender ese espectro, el IFT debe de intervenir para no empeorar las condiciones de concentración en el mercado.Lo más lógico sería negar esta transacción, pero ¿qué tal obligar a esta empresa a hacer una oferta pública por los 60 MHz, y dejar que los tres operadores móviles puedan aspirar a obtener 20 MHz cada uno?
El IFT tiene que regular para evitar fenómenos de acumulación de espectro, y sobre todo en manos del agente preponderante. Todo esto me lleva a recordar el caso “proyecto alpha”, que desde entonces hubo una concentración indebida entre Telmex/MVS/Dish. El expediente lleva cuatro años dormido en el IFT. Urge se nombre contralor.