2020.10.26
Es histórica pues es la segunda vez que el gobierno demanda a una empresa de tecnología desde el caso en contra de Microsoft en los años 90.
En el último lustro, en distintas partes del mundo, menos en Estados Unidos, ha surgido la preocupación por el tema del poder de mercado en distintos ámbitos que Google ha alcanzado, generando distorsiones en los mercados y por lo tanto afectando la competencia.
La Unión Europea ha sido una de las más férreas críticas del tema, aplicando fuertes sanciones y estableciendo multas en 2018 y 2019 por más de 5.8 mil millones de euros a Google por incumplir las reglas antimonopolio de la región abusando de su posición dominante en el mercado.
Los principales motivos por los que Google genera efectos anticompetitivos en los mercados han sido su dominancia en servicios de búsquedas generales en internet, sistemas operativos móviles bajo licencia y tiendas de aplicaciones para Android.
Al respecto, la semana pasada, el Departamento de Justicia de los Estados Unidos y 11 estados presentaron conjuntamente una demanda antimonopolio histórica en contra de Google, acusando al gigante de los motores de búsqueda de conducta anticompetitiva para preservar los monopolios en búsquedas y publicidad en búsquedas.
Es histórica pues es la segunda vez que el gobierno demanda a una empresa de tecnología desde el caso en contra de Microsoft en los años 90. En esta ocasión, el gobierno está tomando fuertes medidas contra una empresa que cuenta con una participación de mercado de 95% en búsquedas móviles, 85% en los sistemas operativos móviles con Android y 70% en búsquedas en navegadores.
Paralelamente, la semana pasada el Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT) emitió un acuerdo a través del cual se iniciará un procedimiento de investigación en los mercados de servicios de búsqueda en línea, redes sociales, sistemas operativos móviles, servicios de cómputo en la nube y servicios relacionados para determinar la posible existencia de barreras a la competencia o insumos esenciales que puedan generar distorsiones y efectos negativos en los mercados. Todo apunta a que la investigación estará centrada en Google pues, en México, cuenta con participaciones de mercado similares en dichos rubros.
A pesar de que es una excelente noticia que en México se inicien investigaciones de competencia en estos mercados, como lo está haciendo el resto del mundo, no deja de llamar la atención que este acuerdo generará, también, un nuevo capítulo en el conflicto de competencias entre el IFT y la Comisión Federal de Competencia (COFECE) por atraer este tipo de temas.
Es fundamental el análisis minucioso de dichos mercados pues la cohesión y relevancia que están tomando los servicios digitales necesariamente implica consecuencias de importancia a los distintos mercados tanto físicos como digitales y una regulación ineficiente podría generar efectos negativos sobre los usuarios finales y la innovación.