2020.08.04
Vía El Economista
El sábado 1 de agosto, el presidente López Obrador nos compartió información sobre distintas variables económicas con el objeto de mostrarnos que se están recuperando y con base en ese breve repaso, nos comunicó lo que más que una estimación oficial o expectativa institucional, en realidad debe considerarse una suerte de apuesta personal para el cierre del año sobre la trayectoria que seguirá la economía mexicana. De manera específica, el presidente nos comentó que él espera que en tercer trimestre se observe una recuperación y que para “el último trimestre del año ya estamos en la superficie, ya se emergió…”.
¿A qué se refiere el presidente con estar en la superficie? La lógica nos diría que estar en la superficie es que el PIB de México esté más o menos al mismo nivel con el que se cerró el año 2019. Ya hemos comentado en este espacio las razones por las que ello no puede ocurrir. De hecho, también hemos comentado que el PIB de México tardará prácticamente lo que le queda al sexenio para volver al nivel que tenía cuando inició la actual administración.
Con la incertidumbre que transmite a la inversión y el empeño en gastar en proyectos que no representan un gran valor futuro para el pueblo de México, combinado con el retroceso en materia educativa que se traducirá en un rezago en la formación del capital humano que este país necesita para los desafíos que la propia pandemia del Covid-19 le ha impuesto, y sin una idea clara de reformas que promuevan más inversión y mayor crecimiento, es imposible que podamos crecer al 3 por ciento.
Ahora, preocupa que con el panorama que le espera a México, en términos de una pandemia que no ha sido controlada -con solo ver el número de contagios acumulados en las últimas dos semanas se puede afirmar ello sin mayor discusión-, de la posibilidad fundada de un rebrote, así como la falta de certeza sobre el momento en el que realmente podremos contar con la tan esperada vacuna en México y la aún más incierta eficacia que podría tener, porque se requiere que la mayor parte de la población esté dispuesta a vacunarse, no se observe un esfuerzo presupuestal sin precedentes para el sector salud.
Conforme a la información publicada el viernes 31 de julio por la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, podemos darnos cuenta que al cierre de junio, la Secretaría de Salud había ejercido 56,846 millones de pesos, monto que sí está por encima de lo que se había programado gastar para el primer semestre, pero apenas en un 12 por ciento. Sin embargo, preocupa que al cierre de la primera mitad de este año, lo ejercido por la administración del presidente López Obrador para este muy importante sector sea 8.6% menor en términos reales que lo que a estas alturas se había gastado en 2019. En el caso del IMSS y del ISSSTE, preocupa que ni siquiera han ejercido lo que se había programado para los primeros seis meses del 2020, no por mucho, pero ello no debería ocurrir frente a la emergencia que aún vivimos.
¿En verdad cree el presidente que con ese desempeño presupuestal para el sector salud en plena crisis provocada por el Covid-19 puede estar optimista de que en diciembre estaremos otra vez en la superficie?