Sin que, hasta ahora, el Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT) que encabeza Gabriel Contreras se pronuncie sobre los irregularidades que se presentaron en la operación conjunta en el mercado de la televisión por parte de América Móvil (AMX) y el Grupo MVS de Joaquín Vargas, la compañía preponderante en el mercado de las telecomunicaciones aseguró que adquiriría “de manera indirecta” 65 Mhz de espectro en la banda 2.5 GHz, con lo que se prepara para ofrecer banda ancha móvil en zonas altamente pobladas.
La noticia cayó como un balde de agua fría porque nos encontramos en la época en la cual el IFT tendría que revisar las condiciones que ha impuesto a los jugadores con poder preponderante. Con estos nuevos recursos del espectro, AMX no sólo consolidaría su posición con el 70 por ciento del mercado de muchos servicios inalámbricos, sino que podría aumentarla en perjuicio de la competencia.
Más allá de un supuesto sospechosista, compañías como Telefónica de España que aquí opera Movistar ya presentaron su queja ante el IFT para que el proceso de vigilancia de esta concentración de espectro se lleve a cabo de manera transparente. Entrevistamos recientemente a Francisco Gil Díaz, ahora consejero de la multinacional española de las telecomunicaciones, y su juicio sobre la actuación del IFT fue contundente: la Ley Federal de Telecomunicaciones fue pensada y redactada con muy buenas intenciones pero nada más; en la práctica – dijo Gil Díaz – la esperada regulación se estaba convirtiendo en letra muerta. Claro que AMX tiene todo el derecho de buscar ampliar su participación de mercado y de adquirir los derechos sobre la explotación de un recurso público como el espectro que – por cierto – otros jugadores como MVIS incumplieron en su aprovechamiento en beneficio de los consumidores. En AMX, después de todo, sólo se opera un negocio. Pero el IFT, sin criterios comerciales y sí de interés nacional, tendría la obligación de revisar si estas estrategias de concentración de espectro benefician a los consumidores. Telefónica con varios miles de millones de dólares en inversiones asegura que si AMX logra comprar “indirectamente” el espectro de MVS, llegaría al 50% de todo el espectro asignado en México en servicios móviles. Nada más. A cambio, AMX podría ofrecer que liberará las inversiones que ha estado postergando y que cerraría filas en un sector que necesita recuperar su papel como motor de la economía. La pieza de cambio, por supuesto, somos los consumidores con facturaciones todavía altas, conexiones deficientes y malos servicios.