2020.01.28
Cada vez hay más evidencias de que algunos actores relevantes en el bloque oficialista afín a Morena traen como objetivo cooptar al Instituto Nacional Electoral (INE). Y es que este organismo autónomo es clave para los fines políticos y electorales de varios actores. Basta con ver los temas que el instituto arbitrará en los próximos meses para entender el porqué de la voracidad de algunos en tomar su control:
A nivel federal, el INE conducirá las elecciones del próximo año, en las que se elegirá la totalidad de la Cámara de Diputados. De las 500 curules que tiene la cámara, la mayoría le permite aprobar leyes y, sobre todo, aprobar el Presupuesto de Egresos de la Federación para el periodo 2021-24. En éste se juega todo el dinero del Ejecutivo federal y sus grandes programas sociales, todos los recursos de los otros Poderes de la Unión y buena parte de los de las entidades federativas.
También, a nivel federal, el INE será clave para la realización de la consulta revocatoria de mandato que ha aprobado el presidente Andrés Manuel López Obrador. Esta se podrá realizar a partir de 2022 y de ella dependerá el intento de sus contras por deponerlo antes de acabar su mandato. También, la misma revocación es importante para que sus seguidores intenten convencerlo de que permanezca en el cargo (una reelección pues, algo que el mismo Presidente ha dicho que no busca y que requeriría cambios a la Constitución) o para asegurar que el nuevo gobierno no cambie las políticas implementadas hasta ahora.
A nivel de las contiendas políticas estatales, el INE también es muy importante pues selecciona a los consejeros de los Organismos Públicos Locales Electorales (abreviados OPLEs). Nada más este 2020, el INE seleccionará a 26 consejeros estatales en 18 entidades. Estos organismos se encargarán, en 2021, de regular la contienda en donde se elegirán a 15 gobernadores y se renovarán 29 legislaturas estatales y más de 2 mil presidencias municipales.
El 2021 será sencillamente el año en que más cargos se elijan en una sola jornada electoral, clave para el proyecto del presidente López Obrador.
Y esta misma elección será la antesala de la revocación de mandato. Dos años pues, 2021 y
2022 en los que el país será testigo de una enorme polarización política-electoral Por ello es tan importante el control del INE.
Actualmente, de los 11 consejeros del INE sólo uno responde al bloque de Morena, pero en abril de este año se elegirán cuatro nuevos consejeros. El bloque oficialista (Morena-PT-PES y PVEM) tiene los votos suficientes para obtener la mayoría calificada requerida para elegirlos.
Ante la supremacía numérica del bloque oficial será importante ver si se alcanza un consenso sobre un mecanismo de nombramientos y candidaturas con académicos y con la oposición, para asegurar perfiles profesionales y apolíticos o, si por el contrario, como ha pasado en otras ocasiones, nombran consejeros afines.
Lo que suceda en la elección de consejeros del INE, el próximo mes de abril, dejará ver si la 4T trae ánimo conciliador y constructor para las instituciones clave del país. Cuando la 4T ha presentado candidaturas serias y profesionales a cargos públicos, como fue la última nominación a la Suprema Corte de Justicia de la Nación o al Banco de México, el proceso de nombramiento y la institución a la que llegan se fortalecen. Por el contrario, cuando hay imposición numérica, como lo fue para la presidencia de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos, la institución y la persona se debilitan.
Hay mucho en juego en el bienio 2021-22. Hasta este momento parece poco factible que la 4T haga por consenso los nombramientos en el INE. No necesita a la oposición para ello, pero sí necesita de instituciones fuertes y con credibilidad si quiere que la confianza en el país se recupere y regresen las inversiones. Así, todo dependerá de si el Presidente decide que el mandato en las urnas le da el derecho de tomar para sí todos los nombramientos en el INE o si, por el contrario, decide dejar a un lado su mayoría y opta por consensos para fortalecer las instituciones. Esto es, ¿privilegiará una conducción de corto o de mediano plazos? Pronto lo sabremos.
Cambiando de temas:
*La radiodifusión mexicana está a cuatro días de definir sobre aumentos salariales para sus bases sindicalizadas. El proceso no está siendo fácil por la precaria situación financiera de cientos de estaciones de radio, en las cuales la publicidad privada y pública ha ido a la baja. Las televisoras han sido un poco más exitosas en atraer inversiones, dado que sus audiencias han crecido, según lo confirman tanto la autoridad, el IFT, como la empresa Nielsen-Ibope, pero el contexto de la actual negociación grupal del “contrato ley” está siendo más complicada que de costumbre, por factores tecnológicos, financieros y políticos. De no existir acuerdo o prórroga, algunas estaciones de radio podrían ir a huelga tan pronto como este viernes.
*Interesante que los Juegos Olímpicos de Tokio 2020 vayan a ser transmitidos en México por Claro Sports de América Móvil (como en 2016) y ahora también por Televisa. Quizá, por temas regulatorios, se sume TV Azteca. Esto es señal de que al Comité Olímpico Internacional y, sobre todo, a sus millonarios patrocinadores, les importa ser vistos por la audiencia más grande posible, algo que en nuestro país, hasta hoy, sólo brinda la TV abierta.