2021.07.08
Vía El Universal
El pasado domingo 6 de junio se estima que votaron 47.1 millones de personas, lo que equivale a 52% del padrón electoral. Esto es una cifra alta para elecciones intermedias, pues en la de hace seis años votaron 47%.
Pero la gente, después de votar, se desconectó de las elecciones y dejó de ver programas informativos sobre resultados
y análisiselectoral. Prefirieron ver masivamente el fútbol y enterarse, hasta el lunes, de los resultados electorales.
De hecho, el partido entre Estados Unidos y México, que sólo se transmitió por TUDN, en canal 5, tuvo un alcance nacional (reach) promedio de 16.35 millones de personas, con un ‘pico’ de audiencia máxima, en el tiempo extra, de 20.4 millones de televidentes. Una audiencia muuuuy importante.
Como referencia, el partido de fútbol más visto en la historia de
la TV mexicana ha sido el México contra Alemania, durante el Mundial de Rusia en 2018, el cual fue visto por 21.6 millones de personas.
Con ello, un partido fuera del Mundial, como el del pasado domingo, estuvo apenas un 30% abajo del partido más visto en la historia, y en su última parte estuvo casi al igual que aquel encuentro icónico.
En cambio, todos los informativos combinados en Las Estrellas, Azteca Uno, Foro TV e Imagen, después de las 20 horas, juntaron una audiencia conjunta nacional promedio de 3.7 millones de personas.
Así, los noticieros nacionales de todas las televisoras rondaron apenas una quinta parte de la audiencia de la final de la Concacaf Nations League.
Estas audiencias deben de ser tomadas en cuenta por todos los políticos en México. Los ciudadanos hicieron su parte: salieron a votar. Pero luego, ya hartos de un proceso electoral lleno de injurias, de spots sin propuestas, de campañas llenas de violencia, y donde todos se declararon ganadores, prefirieron hacer otras cosas en lugar de esperar los resultados. En particular, optaron por ver el fútbol.
Sencillamente, los datos de audiencia de la TV del domingo por la noche dan cuenta de la saturación que la ciudadanía tiene de la clase política y de su modelo de comunicación electoral.
Incluso, la constante fue que cada vez que aparecía el presidente
del INE, Lorenzo Córdova, en “cadena nacional” (tuvo tres el domingo) la gente cambiaba de canal o apagaba el televisor. Ojalá la clase política entienda que el electorado parece estar ya muy cansado de todos ellos.
Cambiando de tema…
Hablando de la saturación electoral, igual y algunas de las elecciones que acaban de concluir se repiten por anulaciones ocasionadas por rebasar topes de gastos, por haber inyectado recursos ilícitos a las campañas, por la intervención indebida de funcionarios públicos o por el arresto de alguno de los candidatos triunfadores. Hay que ponerle ojo a Nuevo León, Chihuahua, Campeche y San Luis Potosí. Así que no cantemos victoria de que ya “acabaron” las campañas electorales.