vía El Economista.
Al igual que una buena cantidad de bancos centrales, ha quedado de manifiesto que el Banco de México se vio sorprendido por la intensidad y permanencia del proceso inflacionario que se empezó a manifestar desde el año pasado. En ese contexto fue que asumió el cargo la actual gobernadora, Victoria Rodríguez Ceja.
Si bien es cierto que el Banco de México inició el ciclo alcista de las tasas de interés de manera previa a que lo hiciera la Reserva Federal de los Estados Unidos, mucho se ha comentado sobre el período en el que los incrementos en las tasas de interés anunciados por ambos bancos centrales fueron exactamente de la misma magnitud. Desde hace varias semanas, la discusión en nuestro país se ha enfocado a comentar sobre cuál será el momento en que convenga que haya un desacoplamiento en las decisiones de política monetaria de ambas instituciones, incluso hay quienes ya se preguntan si ese momento ya llegó.
Los analistas en nuestro país anticipan que la decisión de política monetaria que habrá de anunciar el Banco de México este jueves 15 consista en un incremento de 50 puntos base en la tasa de interés de referencia, un movimiento que se espera sea también de la misma magnitud al que anunciará la Fed un día antes, mañana.
Ahora bien, hay quienes opinan que si bien es cierto que la tasa de inflación ha venido desacelerándose en las quincenas recientes, no debe descuidarse que también es cierto que la tasa de inflación subyacente, la que se considera como el núcleo que no contiene la inflación de productos cuyos precios tienen mayor volatilidad, ha seguido incrementándose, y por tanto, que podría convertirse en un error de cálculo importante por parte de Banco de México si en lugar de mantener el ciclo de alzas de al menos 75 puntos bases, opta por seguir la ruta descendente de la Fed, que como ya señalé, se espera anuncie un incremento menor a los previos, ahora por 50 puntos base.
Bajo este escenario, es cuando hay que recordar lo que se señaló de manera insistente sobre la poca o nula experiencia de la entonces candidata propuesta al Senado por el presidente López Obrador para integrarse a la Junta de Gobierno del Banco de México. En su momento comenté que la importancia de cumplir de manera real con el requisito establecido en nuestro marco legal, era porque habría momentos específicos en los que la funcionaria, que se anticipaba sería designada como gobernadora del banco central una vez que su nombramiento fuera aprobado por el Senado, tendría que salir a comunicar a los mercados aspectos centrales sobre decisiones en materia de política monetaria adoptada por la Junta de Gobierno, o bien, para fijar una posición sobre la prospectiva económica y las eventuales opciones de política a ser consideradas.
Se trata de reflexiones que sabemos resultan clave para los agentes económicos que participan en los distintos mercados, que en ocasiones pueden llegar a desestabilizar los mercados por algún descuido en la forma en que se transmite una idea, o bien, que pueden llegar a tranquilizar a mercados que se encuentren presionados, por la determinación, dominio del tema y elocuencia con la que se comunique una decisión que está siendo adoptada.
En el caso del Banco de México, con frecuencia observamos que alguna de las subgobernadoras o alguno de los subgobernadores se pronuncian sobre la prospectiva de la política monetaria, pero difícilmente encontraremos pronunciamientos de la gobernadora. Sí hay notas periodísticas que reportan que participó en determinado foro y que señaló tal cuestión, generalmente aspectos ajenos a posiciones clave relacionadas con la política monetaria.
Esa ausencia no significa otra cosa que el temor de la gobernadora de saberse aún con incipiente experiencia en la materia, y por lo mismo, que se expone a cometer un error de comunicación que puede tener consecuencias indeseadas. Hay que agradecerle la prudencia, pero preocupa a que, a casi un año de haber asumido la responsabilidad, se constate lo que se decía cuando llegó su nombramiento al Senado: que no contaba con la experiencia requerida.
*El autor es economista.