vía El Economista.
No es fácil dejar de vivir impresionado por la evolución en el mundo de la conectividad hacia escenarios de creciente disponibilidad, ubicuidad, calidad y velocidad. Con todo, sigue siendo un tema de preocupación la persistencia de brechas atribuibles al poder adquisitivo, edad, acceso a dispositivos, habilidades digitales y capacidades de banda ancha disponibles en las geografías de la población.
De acuerdo con la Unión Internacional de Telecomunicaciones (ITU por sus siglas en inglés), en su “Informe sobre la Conectividad Mundial de 2022” (bit.ly/3cdeXNR), en las últimas tres décadas, la humanidad pasó de contabilizar unos pocos millones de usuarios de internet a casi totalizar 5 mil millones, equivalente aproximadamente a dos terceras partes (63%) de la población mundial.
Infraestructura Fija, Eslabón Esencial. Ahí precisamente, la ITU puntualiza que la disponibilidad de redes fijas es una precondición para el acceso y uso de internet, resultado de sus capacidades superiores a las de la infraestructura móvil. En métricas, ITU indica que 17 de cada 100 habitantes en el mundo disponen de conexiones de banda ancha fija (BAF), que equivale a que 81% de los hogares cuenten con esa cobertura de infraestructura fija. La región de las Américas se posiciona en tercer lugar al superar el promedio mundial con 88% de los hogares conectados y en segundo lugar por el número de accesos a BAF (23 por cada 100 habitantes), detrás de Europa (96% y 35%, respectivamente).
Si bien, esta numeralia revela avances significativos en el acceso a la conectividad fija en el mundo y en la región, esta registra marcadas inequidades entre países. La información de la OCDE (junio, 2021), ubican a Chile, México y Colombia entre los países con el menor número de suscripciones en sus países miembros, con 21.0, 18.2 y 16.6 por cada 100 habitantes, respectivamente. En contraste, los casos de Canadá y EE.UU. registran 42.3 y 37.3 accesos a BAF por cada 100 habitantes, prácticamente el doble de aquellos países.
Velocidad de Descarga: Parámetro de Calidad. Uno de los objetivos a cumplir hacia 2030 para la ITU, es que los habitantes dispongan de al menos una conexión de BAF de 10 megabits por segundo (Mbit/s). Este ya fue superado prácticamente por la totalidad de los países en la región de Asia-Pacífico y Europa, con 95 y 94% de la totalidad de suscripciones a la BAF con velocidades de 10 Mbit/s o más.
En el caso de México, la métrica de la OCDE nos ubica en el rango de Europa, en donde 94 de 100 accesos alcanzan esa velocidad igual o superior a 10 Mbit/s. El 6.0% faltante de cubrir en la referida capacidad, se trata de poblaciones remotas con menor densidad poblacional, circunstancias que dificultan la cobertura de infraestructura de fibra óptica, con su consecuente efecto pernicioso sobre la velocidad de conexión.
Entre las estrategias que ITU recomienda para el cierre de la brecha de conectividad y la mejora de condiciones de cobertura a los segmentos desconectados en México, destacan “atraer capital con miras a mejorar y ampliar las infraestructuras digitales; […] facilitar la creación de mercados competitivos […]; promover la compartición de infraestructuras a fin de reducir los costos; velar porque la oferta de espectro sea adecuada y económica, […]; y velar por que haya suficiente capacidad y se evolucione hacia las nuevas generaciones de banda ancha móvil”.
Esta batería de recomendaciones sectoriales han sido enunciadas reiteradamente en este espacio, insistiendo en la necesidad de su implementación efectiva, en ruta a alcanzar la conectividad universal de calidad entre la población.
Twitter: @ernestopiedras