2018-11-22
Hace un par de semanas, se presentó la iniciativa que busca eliminar el cobro de distintos tipos de comisiones por parte de intermediarios financieros, ello a través de una modificación a la Ley para la Transparencia y Ordenamiento de los Servicios Financieros. La simple idea de una reforma de esta naturaleza provocó una caída en las cotizaciones de los bancos, llevando al Índice de Precios y Cotizaciones (IPC) a una caída que no se había visto desde hace 7 años.
Ante esta grave e inusitada caída, conviene traer a la mesa de discusión el aprovechamiento de la innovación tecnológica como un mecanismo de competencia. ¿Buscamos una mejora en la competencia del sector por la vía de las iniciativas del legislativo o queremos una solución que elimine las barreras a la entrada que enfrentan los competidores innovadores como las Fintech?
Para aquellos que a estas alturas no sepan que son las Fintech, el término proviene de la contracción en inglés de las palabras Finanzas y Tecnología. Consiste básicamente en la oferta de servicios financieros a través de Tecnologías de la Información y Comunicación. En otras palabras, las personas pueden tener acceso a servicios financieros a través de plataformas digitales permitiéndoles hacer pagos de bienes y servicios en línea, solicitar créditos, etc..
Estos servicios han tenido tanto éxito, que hace unos días, la autoridad de competencia suiza anunció una investigación sobre un posible boycott de las instituciones financieras contra los medios de pago móvil Samsung Pay y Apple Pay. Se presume que los intermediarios no han permitido habilitar el uso de sus tarjetas en los sistemas de pago móvil referidos para fortalecer su propia solución conocida como TWINT.
Es importante recordar que dado que este “nuevo” tipo de servicios son utilizados desde dispositivos móviles (smartphones, smartwatch, etc.) facilitan la forma de hacer transacciones. Adicionalmente, la penetración de estos dispositivos son mucho mayores que la de los servicios financieros por lo que permiten habilitar servicios financieros a gente que antes no podía tener acceso a ellos. Razones suficientes para ser competidores directos de los servicios financieros tradicionales.
Dado lo anterior, habilitar los mecanismos de competencia para las Fintech representa una mejor opción que aludir a los intermediarios legislativos para regular. En ambos casos el beneficio al consumidor existe, sin embargo, sólo en la solución donde se privilegia la innovación (y con ella la competencia) se alcanza a tutelar la eficiencia de los mercados.
En México, a pesar de que este tipo de servicios son relativamente nuevos, se está haciendo lo necesario para fomentarlas así que en vez de estar modificando leyes que puedan poner en riesgo la viabilidad de negocio de las entidades financieras, enfoquémonos en fomentar la competencia a través de las Fintech.