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¿Cómo les va a las Olimpiadas en TV?

En los Estados Unidos, los derechos de la transmisión olímpica en TV los tiene el gigante de las comunicaciones Comcast NBC-Universal y para estos Juegos Olímpicos (JO), se reporta un aumento en sus ingresos, a pesar de tener una pérdida de audiencia.

La inauguración de Río 2016 fue vista por 30 millones de norteamericanos, ya sea en TV abierta o en alguna de las plataformas digitales de NBC disponibles. Esto representa una caída de 8% en la audiencia con respecto a las Olimpiadas de Londres 2012.

Sin embargo, NBC vendió por adelantado $1.2 mil millones de dólares en publicidad antes del arranque de los juegos y a raíz de éstos —y luego de los buenos resultados de los atletas norteamericanos— ha vendido otros $30 millones en comerciales y menciones (product placement).

La principal crítica de los televidentes de NBC ha sido justamente la gran cantidad de spots comerciales que hay en los JO, lo que también ha sido motivo de queja en redes sociales y abordado en varios artículos en la prensa especializada. Pero en este caso todo apunta a que la audiencia está equivocada.

Y es que los monitoreos independientes que se han hecho (Kantar Media), dejan ver que la inauguración de las Olimpiadas de Río 2016 tiene 19% menos spots que la de Londres 2012. Esto es, en las 4.5 horas que duró la ceremonia de inauguración del 2012 existieron 72 menciones comerciales, frente a 54 que aparecieron en la reciente inauguración.

Por lo anterior, la conclusión parece ser que las audiencias norteamericanas, acostumbradas cada vez más a la programación lineal (Netflix, Apple TV, Hulu, Roku), tienden a ser menos tolerantes a la publicidad tipo comercial, así es que los hábitos de consumo están rediseñando ya cómo comercializar los grandes eventos deportivos.

De hecho, Mark Lazarus, presidente del área de deportes de NBC, recientemente declaró a Reuters que si bien los anunciantes están contentos, hay que pensar en las audiencias, por lo que explorarán mecanismos para monetizar los eventos olímpicos (de invierno y de verano) sobre los cuales tienen derechos exclusivos de transmisión hasta el 2032.

Una forma que se está analizando es aumentar las menciones (abiertas o encubiertas) durante la transmisión en TV (product placement). Y otra, con mucho futuro, sería ofrecer transmisiones en línea, sin anuncios, previo pago de una cuota de 10 o 20 dólares por hogar durante los JO. Con ello, se daría la opción a cada familia de decidir qué tipo de transmisión quiere seguir: con o sin spots comerciales.

Será interesante ver cómo se mueve la TV norteamericana a este respecto. Y es que Comcast-NBC- Universal tiene que seguir trabajando los siguientes 16 años para recuperar los $12 mil millones de dólares que invirtió para tener en exclusiva los JO hasta 2032.

En el caso de México, la audiencia no ha sido relevante. En una parte, dado que nuestros resultados olímpicos, hasta ahora, no han arrojado muchas medallas y sí muchos eliminados. Y, en otra, dado que las audiencias no están acostumbradas a ver este tipo de justas en línea (como Claro Sports) ni en los canales de TV pública 11 y 22.

Sí hay que decir que las audiencias de los canales 11 y 22, aunque lejos de los canales comerciales, están siendo mayores que de costumbre. Y respecto a Claro Sports, hay que decir que su sistema es amigable y que las fallas de transmisión han sido menores, lo que después del gran fracaso (y excesos) de Chivas TV es reconfortante para el futuro de las transmisiones por Internet en México.

Aún falta tener un balance final de las audiencias en México en estas Olimpiadas, pero a pesar de ser una justa muy lucidora y con varios récords, el hecho de no contar con la participación triunfante de deportistas mexicanos —sobre todo de la selección de fútbol— sin duda apuntará a un alejamiento de las audiencias.

Con esto, para Televisa y para Tv Azteca, lejos de ser un dolor de cabeza, el no tener las Olimpiadas parecería haberles ahorrado millones de pesos en los pagos de derechos, en la contratación de cronistas y equipos que se tendrían que haber enviado a Río de Janeiro.

Cambiando de tema:

El IV Informe de EPN: se aproxima el Informe Presidencial. Este se da en una coyuntura complicada, con bajas históricas en aprobación, conflictos magisteriales-sociales e incertidumbre económica. Durante los informes es el único momento del años en donde, a lo largo de 13 días los mandatarios pueden aparecer con imagen y voz en spots transmitidos en medios electrónicos. Será interesante ver cómo tratan de posicionar mediáticamente al Gobierno Federal, en este IV Informe. Al parecer vendrán cambios de forma y fondo. La fecha —permitida— para arrancar los spots del IV Informe es el 25 de agosto en radio y TV. Así que pronto los veremos.

Telmex con táctica cangrejo: gran polémica ha ocasionado la oferta de referencia de Telmex a la industria de telecomunicaciones para poder usar su red local telefónica. El argumento de AT&T, Telefónica, Axtel, Televisa, Total Play y Megacable es que Telmex ofrece, para el periodo 2017-18, condiciones menos favorables que las que el Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT) ya había ordenado para 2016.

Aquí la duda es por qué el IFT permite que, como estrategia de negociación, el preponderante en telecomunicaciones dé marcha atrás a decisiones del 2016. Así que, en lugar de proponer cómo mejorar lo hecho por el IFT en 2016, le permite a Telmex dejar que las cosas empeoren y se encarezcan, con lo que se perderán meses (o años) en infructuosas negociaciones. Tal parece que en el IFT hay un complejo tipo Sísifo, en donde cada año quieren repetir una y otra vez el frustrante proceso.

 

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