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Cómo armó el INE el debate más importante en la historia del país?

Desde hace meses, los consejeros del Instituto Nacional Electoral (INE) estaban conscientes de que tendrían un proceso electoral muy complejo y competido.

2018-04-24

Desde hace meses, los consejeros del Instituto Nacional Electoral (INE) estaban conscientes de que tendrían un proceso electoral muy complejo y competido. Necesitaban entusiasmar al electorado para sacarlo a votar y así garantizar que la elección fuera lo más representativa posible. Para ello, la realización de los dos debates que marca la ley electoral era clave, así que su primera decisión fue no hacer dos debates, sino tres.

Sabían que para la realización de estos tres debates no podían hacer el mismo formato acartonado de siempre. Aún más porque se dieron cuenta de que una gran parte de la población mexicana, incluso sin hablar inglés, habían visto los debates presidenciales de Estados Unidos (EU). Ante ello, decidieron establecer contacto con la organización que desde 1988 los organiza en EU, la Commission on Presidential Debates. Esta organización ha ayudado a fortalecer la cultura de los debates y a dar asesoría técnica para ello a países como Colombia, Perú, Rumania y Ucrania, entre otros. Y se apoya también en el National Endowment for Democracy.

Asimismo, se buscó la asesoría de la Asociación Nacional de Televisión chilena (Anatel). Ésta fue la encargada de organizar el primer debate de TV en Chile, luego de 17 años de gobierno militar. Así que el INE también acudió a ella para tratar de replicar su exitoso modelo de debates.

El INE puso a la cabeza del proyecto al Consejero Benito Nacif, quien después de años de presidir el Comité de Radio y TV del INE, algo de experiencia tenía en la materia, pero sobre todo su relación con las televisoras mexicanas era clave, pues la ley mandata dos debates de transmisión obligada y el INE tenía que conseguir que las televisoras dieran, gratuitamente, sus canales para un tercer debate. Por parte de los chilenos se invitó al productor Marcelo Hilsenrad y por parte de EU participaron Dorothy S. Ridings y Frank Fahrenkof. A su vez, el INE nombró como productor ejecutivo a su coordinador de comunicación, Rubén Álvarez. Así, estas personas, de la mano de los tres moderadores que el INE seleccionó para el primer debate —Denise Maerker, Sergio Sarmiento y Azucena Uresti— fueron clave para la realización del primer debate electoral con “moderación activa” en México.

Contemplaron estos cualquier riesgo, incluido un escenario como el que se dio en EU, en donde el entonces candidato Donald Trump se paseaba por atrás de la candidata Hillary Clinton, lo que estuvo a punto de cancelar ese debate presidencial que fue en la Universidad de St. Louis. Incluso, en caso de cualquier emergencia, se acordó que la decisión quedaría en manos del Consejero Nacif y del presidente del INE, Lorenzo Córdova, quienes estaban en un cuarto con comunicación directa con los moderadores y su productor. Quizá el único momento tenso que se vivió fue cuando el candidato Jaime Rodríguez, El Bronco, pegó un cartel en su atril con su apodo y número de Whatsapp, lo que estaba prohibido y le dio una ventaja indebida (comunicacional) frente al resto de los candidatos. Por eso era el único que en las tomas de TV tenía datos personales en su atril que incluso parecían superpuestos.

Fue clave la asesoría que estas organizaciones dieron al INE —pero también a los moderadores— para crear el primer debate-debate generado por una autoridad electoral en México. Y los resultados fueron sorprendentes. Nielsen Ibope México señala que la transmisión del debate alcanzó 13.73 millones de personas y obtuvo un share de 33%. La composición de este número, con datos preliminares, es: 15.6% aportado por Televisa, 8.7% aportado por TV Azteca, 4.3% aportado por Imagen TV, 4.3% por el Canal 11, 1.95% por el Canal 22, y 0.52% por TV Mexiquense. Para tener una idea del impacto de este debate hay que señalar que rebasó al primer debate presidencial de 2012 en 81%. ¡Sorprendente dato! Y número muy por encima de lo registrado en redes sociales y ya ni se diga de la transmisión en vivo que tuvo Twitter, donde se mantuvo apenas en alrededor de 25 mil personas.

Estos números tan altos en audiencias coinciden también con el número de personas que vieron el Debate chilango de los candidatos al gobierno de la CDMX, a pesar de haber estado mal producido y aburrido. En este debate, los canales de TV tuvieron un incremento de audiencia de 20% aproximadamente. Y, otro dato que apunta a un gran interés ciudadano es que el INE ha obtenido más de 2 millones de personas dispuestas a ser funcionarios de casilla, cuando necesitaba poco más de un millón.

Hay que decir que el electorado mexicano está movilizado e interesado, como nunca, en participar en el proceso electoral y en ver a los candidatos interactuar y debatir para definir su voto.

Los debates que restan serán importantes y con retos inéditos para el INE. El siguiente, por ejemplo, será tipo Asamblea (“Town-Hall Meeting”), así que tendrá su chiste conducir un evento con varias decenas, quizá cientos de personas, pero por lo pronto el INE se lleva un récord difícil de vencer. Enhorabuena.

Cambiando de tema: nuevo comisionado en IFT. El día de hoy comparecerá en Comisiones del Senado Sóstenes Díaz González, quien ha sido propuesto por el Presidente de la República para desempeñarse, por un periodo de nueve años, como comisionado en el Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT). De pasar este filtro, se espera que en esta misma semana su nombre pase al pleno del Senado de la República para su ratificación.

Requerirá el voto favorable de las dos terceras partes de los senadores presentes en la sesión. Este candidato sustituye a Adriana Labardini, quien, por cierto, está más que activa dando conferencias en el Colegio Nacional y echando a andar un programa de impulso al género femenino en el sector de las telecomunicaciones, denominado “Conectadas”, de la mano del Tecnológico de Monterrey. Buena y bien planeada iniciativa.

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