Eduardo Ruiz Vega
La Razón
Desafortunado y gratuito, en verdad, el incidente que se ventiló en los medios masivos de comunicación como consecuencia de ciertas declaraciones del Comisionado Presidente de la Comisión Federal de Telecomunicaciones (Cofetel), Mony de Swaan, al atribuirte al ejercido de derechos básicos que asisten a cualquier persona en este país, un tinte de complot para retrasar la evolución de la televisión analógica a la televisión digital terrestre o TDT.
De Swaan declaró, por cierto violando disposiciones legales en materia de transparencia, que dos grupos televisivos se habían “amparado” en contra de la política de la TDT y que con ello buscaban retrasar el proceso de transición iniciado desde mediados del 2004.
Obviamente, la pichada para la Liga de la Pureza fue evidente: retrasar la transición implicaría retrasar la tan publicitada licitación de frecuencias de televisión abierta, que ha sido planteada adecuadamente desde una perspectiva tecnológica, pero que sin embargo, como ha sido el sello de esta administración, mantiene obsesionados a los firmantes de un compromiso que no coincide con k realidad.
Las declaraciones del Presidente de Swaan no fueron afortunadas. Avivaron la de por sí encendida llama presente hace años en la opinión pública en tomo a este sector. El principal problema, estimo, es que la premisa detrás de las declaraciones es incorrecta en forma y fondo.
** En primera instancia, al menos una de las televisoras no se ha amparado en contra de la política TDT, sino que interpuso un medio de defensa ordinario, el juicio de nulidad, que se sigue ante un tribunal administrativo dependiente del propio gobierno (algo así como una alternativa al recurso ordinario de revisión). No me consta que la otra televisora haya acudido al Poder Judicial Federal por la vía del amparo; sin embargo, si lo hizo está en todo su derecho y no habría nada que reclamar. Al final del día es importante que se sepa que en uno y otro caso no media una orden dictada por autoridad jurisdiccional para suspender et proceso.
Un aspecto delicado que debe ser ponderado, de igual forma, es el relativo a la actitud intolerante de la autoridad. Por ello, nuevamente, se suscitó un desacuerdo público entre los integrantes del Pleno de la Cofetel. Al menos dos comisionados, Gonzalo Martínez Pous y Alexis Mílo Caraza declararon no estar de acuerdo con las declaraciones de De Swaan, con el uso que le dio a la información y, sobretodo a que hable por todos ski preguntar.
La transición de la televisión analógica a la TDT es un proceso de altos vuelos que requiere de una ruta crítica perfectamente establecida. Aún así, el proceso será largo. No soy pesimista, soy realista. El Estado Mexicano, no Mony y sus colaboradores aclaro, planteó esta transición de manera muy liberal o sin amarres. Cofetel ha cambiado ese planteamiento y avanza en el proceso pero falta mucho por hacer. Lo que estimo es Incorrecto y siempre lo fue, es tomar como dogma de fe una fecha en verdad irresponsable que algún genio le vendió como probable a Felipe Calderón.
Los astros están alineados para que Gobierno e industria trabajen en pos de la transición a la TDT, Lo que no se vale es que la necedad calderonista en sus semanas de golondrinas siga condicionando los ánimos de este proceso, en lugar de pasar de manera conjunta al desarrollo de las acciones que deben adoptarse con urgencia y seriedad.