De acuerdo con Wikipedia, Las tecnologías de la información y la comunicación (“TICs”), son un concepto muy asociado al de la informática, ciencia que estudia el conjunto de recursos, procedimientos y técnicas usadas en el procesamiento, almacenamiento y transmisión de información. Las TICs sobrepasan a la noción de una computadora o de un conjunto de ellas, ya que implican la suma de este tipo de aparatos al de bastas redes de comunicación tanto troncales, como de acceso local.
Las TICs están presentes en todos los ámbitos de nuestra vida actual. Además de comunicarnos y de servir como una fuente inagotable de conocimiento, sus herramientas han simplificado la forma en que realizamos tareas comunes como hacer operaciones bancarias o adquirir boletos para presenciar todo tipo de espectáculos. El mejor ejemplo del poder de las TICs se materializa en el internet, que es un conjunto de redes interconectadas entre sí por las que viaja todo tipo de información de voz, datos y video, ya sea almacenada en servidores o bien generada en tiempo real.
En países como el nuestro, que acusan todavía un déficit en el desarrollo de infraestructura básica, el uso generalizado de las TICs por parte de la población es aún incipiente. Lo anterior, ya que la transmisión de voz, datos y video a través de estas tecnologías requieren de condiciones de asequibilidad y cobertura de la infraestructura subyacente de telecomunicaciones que hace posible el envío y recepción de información.
Como sociedad en su conjunto, debemos adquirir consciencia en torno a que las personas que tenemos los medios para acceder a las TICs y aprovechar todo su potencial, representamos todavía una minoría lejana del grueso de la población nacional. Esta realidad se agrava, si consideramos que la mayoría de nuestros compatriotas no cuenta con los medios para acceder a las telecomunicaciones más básicas en forma plena, como en el caso de la telefonía, ya que si bien, en estricto sentido, la posibilidad de comunicarnos mediante señales de voz ha alcanzado a la mayor parte de los mexicanos gracias al desarrollo que en los últimos años ha tenido la telefonía móvil o celular, el entorno de competencia y tarifario impide a muchos usuarios utilizar de manera activa sus terminales telefónicas.
La reforma constitucional en vigor desde el año pasado, orienta esfuerzos del Estado Mexicano para atacar el rezago en materia de capilaridad de las TICs, y las telecomunicaciones, de nuestro país. Es una reforma bien orientada, que depende, no obstante, de su oportuna ejecución en muy diversos frentes. El primer paso, que no hemos podido dar como país, consiste en sustituir la legislación anterior por una ley convergente como lo ordenó el Constituyente Permanente.
ruizvegamex@live.com.mx
Twitter: @ruizvegamex