Eduardo Ruiz Vega
La Razón
La semana pasada podría ser calificada como un periodo de obviedades: los medios de comunicación dieron cuenta de declaraciones de expertos en telecomunicaciones que cuestionaron la viabilidad de licitar concesiones de televisión digital terrestre, o TDT, a la luz de las bajas cifras de penetración que ésta tecnología tiene actualmente en la sociedad mexicana.
La televisión radiodifundida es un negocio que depende de la audiencia para ser rentable; la penetración de la TDT en la sociedad condicionará necesariamente el apetito de los inversionistas.
Mucho ha avanzado la actual Cofetel para imprimir mayor dinamismo al proceso de transición de la televisión analógica a la digital; sin embargo, como ha ocurrido en la mayoría de los países que han emprendido este proceso, la adopción de nuevas tecnologías por la población con el consecuente golpe a su bolsillo no es un tema sencillo. De ahí que el esfuerzo que realizan autoridades e industria para llevar a cabo la prueba piloto del apagón analógico en Tijuana el próximo año, resulta nodal y seguramente arrojará muchas enseñanzas.
En lo personal, me congratulo que expertos de diversas posiciones, es decir, a favor y en contra de la licitación de frecuencias de televisión, reconozcan la relación indisoluble entre penetración y apagón analógico, así como la relación directa que la transición a la TDT guarda con esta esperada licitación. Parece, entonces, que el Comisionado de la Cofetel José Luis Peralta no andaba errado, sino todo lo contrario.
A la luz de estos hechos la pregunta que debemos formular es si en verdad se cumplirá con el pacto forzado suscrito por los secretarios de Hacienda y de Comunicaciones y Transportes, y por los presidentes de la Cofetel y la Cofeco para convocar, a más tardar el 30 de noviembre entrante, una licitación respecto de la cual diversos grupos empresariales, y ciudadanos, han manifestado expresamente su interés en participar.
Como en la cocina, los tiempos son fundamentales para la maduración de un proyecto de altura. Resultaría en verdad extraño que un chef alterase su receta en detrimento de la calidad del platillo. De igual forma, en el caso de esta licitación, los tiempos para su convocatoria y desarrollo son forma y fondo. No estamos hablando de licitar la adquisición de lápices, sino opciones de contenidos para la población del país.
Acelerar la licitación de frecuencias sin el previo aumento de la penetración equivaldría a obligar a los interesados a entrar a un negocio intensivo en inversión de capital, con la conciencia plena de que por años todo el dinero que destinen al mismo se iría a fondo perdido. Y lo menciono porque conozco un solo grupo empresarial dispuesto a ello, que de hecho ya lo hace mediante sus páginas de Internet arriesgando la concesión de Telmex al transmitir eventos deportivos como los Juegos Olímpicos de Londres, el futbol y las carreras de Fórmula Uno. En todos los casos, Grupo Carso paga los derechos correspondientes y la señal la transmite en forma gratuita.
Mensaje Corto. Otra obviedad que no debiera extrañarnos es el clima de intolerancia que se promueve en contra de miembros del Congreso de la Unión que no están de acuerdo con los dictados de la Liga de la Pureza. Es una pena que no se aprecie la capacidad profesional de estas víctimas del Gran Arquitecto, y eterno legislador, el escritor de misivas incendiarias don Javier Corral.
Felicidades a los diputados Federico González Luna y Antonio Cuéllar por su integración a diversas comisiones legislativas de señalada importancia. Como mexicano considero un privilegio que profesionistas de ese calibre destinen tiempo al servicio público desde la trinchera legislativa. Enhorabuena.