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Circuito Dedicado / El patito feo

Eduardo Ruiz Vega
La Razón

La iniciativa que pretende dotar al Instituto Federal de Acceso a la Información y Protección de Datos (IFAI) de autonomía constitucional para elevar a esta instancia al Olimpo de las instituciones modernas en el lugar de privilegio que ocupan el IFE y la CNDH, por dar dos ejemplos, inmediatamente desató comparaciones (odiosas como todas).

En particular, respecto de la pobre fortaleza institucional de órganos importantes como la Comisión Federal de Telecomunicaciones (Cofetel) y, en general, en relación con la ausencia de parámetros generales que apliquen por igual a este tipo de instituciones tan características de la administración pública de hoy.

Una vez dicho lo anterior, considero que el caso de la Comisión Federal de Telecomunicaciones debe ser analizado por separado. La historia de este órgano podría haber sido una coproducción de Disney y Warner Brothers, dirigida por Stephen King y escrita por Kafka. La Cofetel ha sido, sin lugar a dudas, el patito feo de las comisiones u órganos similares creados a partir de la década de los noventa.

En primer lugar la Cofetel no mereció un capítulo en la Ley Federal de Telecomunicaciones emitida por el Congreso de la Unión (pero propuesta por el gobierno a través de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes). Alguien, no sabemos quién, decidió que la creación del regulador de las telecomunicaciones fuera tan solo ordenada en una disposición transitoria de la ley del 95 para que entonces vía decreto presidencial se diera cuerpo, a modo, a este ente de regulación. Error garrafal.

No contentos con esta situación, la creación de la Cofetel en el 96 se da en un exiguo decreto de cinco artículos. Además, inusitadamente, no desaparece la Subsecretaría de Comunicaciones, con lo cual se inventa la nefasta “doble ventanilla”. En un colmo de imprevisión se completaron las facultades de la Cofetel a través de la inclusión de un parche (artículo 37 Bis) en el Reglamento de la SCT en donde, contrario a principios básicos de derechos constitucional y administrativo, se estableció que correspondería al Pleno de la propia Cofetel emitir su reglamento interno. Es decir, a diferencia de prácticamente todas las comisiones de su tipo, hasta esta fecha, 16 años después de su fundación, la Cofetel carece de un reglamento presidencial que fortalezca su actuación.

– Lo más increíble de esta tragicomedia con tintes de thriller, sin embargo, ha sucedido en la administración del Presidente Felipe Calderón. La grave omisión de no haber insertado a la Cofetel en el cuerpo de la Ley Federal de Telecomunicaciones fue corregida por el Legislativo Federal en el 2006.

Ahí se ordenó la emisión por parte del Ejecutivo federal del Reglamento Interior de la comisión. La administración de Calderón ha hecho caso omiso de este mandato y de la necesidad apremiante de contar con el andamiaje básico para el buen funcionamiento de cualquier institución.

En días recientes empezó a circular un rumor en el sentido de que finalmente Calderón emitirá el reglamento interior de la Cofetel. Espero, en verdad, que no sea así. La extemporaneidad de esta medida rayaría en el cinismo y podría dañar aún más al “patito feo” del gobierno federal al atraer hacia su dirección la atención, no precisamente en buenos términos, del equipo del Presidente Electo Enrique Peña Nieto. Como se dice popularmente “si no pueden no repartan”.

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