2018-05-24
Las últimas semanas dentro del mundo de las telecomunicaciones globales se han caracterizado por mensajes contradictorios sobre la llegada de 5G. Este juego de póker comunicacional entre los distintos proveedores de infraestructura y operadores tiene como objetivo ver quién parpadeó primero para perder la partida. De esta forma nos encontramos por primera vez con declaraciones que colocan a casi todas las regiones del planeta en una paridad sin precedentes en el lanzamiento de la nueva generación de servicios móviles.
¿Cómo se está dando la discusión de 5G? En América Latina tenemos a Uruguay anunciando un mínimo de cinco pruebas de 5G para lo que resta del 2018, Argentina convocando periodistas para mostrar los resultados de una prueba de 5G y en Brasil a un operador dando como objetivo de su lanzamiento el 2020 si se dan las condiciones adecuadas de disponibilidad de espectro radioeléctrico. Mientras esto ocurre en Estados Unidos deberían aparecer mínimo dos redes de 5G para servicios fijos en el 2018 y mínimo otras dos para servicios móviles en el 2019. Es el 2019 la fecha que han elegido los mercados asiáticos de Corea del Sur, Japón y China para sus lanzamientos de 5G. Aunque el mismo año es el que se ha divulgado en Europa como inicio de despliegues comerciales en al menos un país: San Marino. África y Oceanía no se han quedado atrás con anuncios de pruebas bastante avanzadas de 5G en Sudáfrica y Australia, respectivamente.
Ya que la medalla de oro olímpica se perdió, ahora los distintos operadores buscarán la regional y posicionarse como los primeros con ofertas de 5G en cada una de sus regiones operativas. Ante este escenario, la situación latinoamericana no ha cambiado, con los primeros lanzamientos pareciendo ser predeterminados en el Cono Sur, Brasil y varias Antillas.
Un tema relacionado con el advenimiento de 5G es la proliferación del Internet de las Cosas. Desde una perspectiva técnica, muchos de los desafíos que el crecimiento exponencial de tráfico gracias a la mayor densidad de dispositivos que serán necesarios gracias a la digitalización de los diferentes segmentos productivos de la economía ya fueron solucionados en las actualizaciones que se han hecho a LTE. Sin embargo, la reutilización de espectro ya asignado a operadores por medio del desfase de una tecnología anterior para que lo ocupe una más moderna es motivo de estudio y discusión en muchas jurisdicciones. El llamado refarming (como se conoce a esta práctica en inglés) dictaría que la próxima red que sería apagada sería la de 2G para dar lugar a que este espectro pueda ser utilizado como una banda más de 5G.
La realidad es otra y por esta razón operadores en mercados tan diversos como Noruega, Estados Unidos y Brasil han declarado que estarían apagando su red 3G antes que la de 2G. Esto se debe a la gran cantidad de dispositivos conectados a cosas que existen en el mercado y que haría su remplazo por uno de tecnología más moderna completamente prohibitivo para los operadores. Esto no significa que todo el espectro que inicialmente se utilizó para 2G siga reservado para esta tecnología, sino que poco a poco los bloques en 850 MHz, 900 MHz, 1800 MHz y 1900 MHz estarán soportando cada vez más 4G y 5G que 2G mientras 3G desaparece. Antes de pronosticar la salida de 2G de un país es necesario conocer su realidad local.