Ovaciones
Como relaté el martes pasado, ahora que se promulgó la reforma constitucional de telecomunicaciones empieza la etapa más complicada: aterrizar el nuevo mandato de nuestra Carta Magna.
Desde ayer entró en vigor la reforma y a partir de entonces, además de la inminente creación del Instituto Federal de Telecomunicaciones (Ifetel), los tribunales especializados y la nueva ley convergente de telecomunicaciones y radiodifusión, las puertas están abiertas a inversionistas extranjeros. Quienes estén interesados en meter su lana al sector en nuestro país, pueden hacerlo ya, aunque hay que resaltar que hoy por hoy, y mientras que no se promulgue la ley secundaria y se expidan desde el Ifetel las disposiciones que favorezcan la competencia, las condiciones de mercado en nuestro país no son muy atractivas. La confirmación más clara de lo anterior la tuvimos en 2010, cuando”se licitó espectro radioeléctrico para servicios móviles1 avanzados. No obstante se reservó una buena porción para nuevos competidores, se visitó varios países europeos y asiáticos para atraer inversionistas -hasta ayer, el único mercado abierto al 100 por ciento de inversión extranjera, era el de telefonía móvil; ahora, con la reforma constitucional, se abrieron todos los mercados como la telefonía fija, el internet y la televisión por cable- y se estableció un precio de referencia relativamente bajo para el espectro, no hubo Interesados en invertir en el sector gracias a las condiciones cuasi-monopólicas y anticompetitivas que prevalecen en el país. Sin embargo, hoy el panorama parece favorable; pero mucho depende de la ley secundaria y de las decisiones del nuevo Instituto. Mientras tanto, empresas como Alestra, Axtel, Maxcom o Metrored se volvieron, a partir de ayer, imanes de dinero foráneo; ya sea para ser capitalizadas, o de plano adquiridas, por los grandes operadores mundiales como Telefónica de España, la francesa Orange, British Telecom del Reino Unido, Verizon de los Estados Unidos o China Telecom. El valor de mercado de los concesionarios mexicanos apenas empieza a crecer y ahora es cuando invertir en ellos para que en febrero del próximo año, cuando se haya determinado al agente preponderante en telecomunicaciones (léase Telmex) y se le hayan impuesto medidas necesarias para fomentar la competencia -como la desagregación de su red de acceso local o la compartición de infraestructura- se lancen de lleno a competir para incrementar su participación de mercado. Una mina de oro, que con las condiciones regulatorias adecuadas, generará sin duda muy buenos retornos a quienes se animen a entrarle a las telecomunicaciones en México.
Por cierto, hoy deberá comparecer el presidente de la agonizante Cofetel ante los senadores para explicar por qué se insistió en apagar la televisión analógica en Tijuana, cuando a ciencia cierta, no se pudo comprobar la adecuada recepción de televisión digital en más de 60 mil hogares. Ya se va, pero por lo menos que dé cuenta.