A veces parece que los mercados financieros reaccionan de manera contraria a la lógica regulatoria.
La reforma constitucional en telecomunicaciones y la legislación reglamentaria que de ella derivó cambiaron de manera drástica las reglas del juego en este sector. Particularmente se introdujo el concepto de preponderancia con el fin de establecer una regulación específica a los operadores grandotes, aquellos con poder para influenciar el mercado.
En el mes de marzo el nuevo regulador, el Ifetel, declaró preponderantes a América Móvil en telecomunicaciones y a Televisa en radiodifusión. Entre muchas otras cosas, ambos operadores ahora están obligados a compartir su infraestructura, reduciendo significativamente los costos de otros concesionarios para invertir en fierros y postes.
Uno pensaría que “amarrar” a estos dos operadores y sujetarlos a reglas particulares para fomentar un entorno de competencia en los mercados, provocaría una caída en el valor de las acciones de ambas empresas. Pues al contrario. Tomando el mes de marzo como parteaguas –fecha de la declaración de preponderancia- la acción de América Móvil al día de ayer ha subido 24 por ciento, mientras que la de Televisa para el mismo periodo ha subido 10 por ciento.
¿Cuál es la razón de esto? Me parece que hay varias explicaciones que se conjugan. En el caso de América Móvil el reporte al segundo trimestre fue alentador: las ventas aumentaron 4% y la utilidad neta subió 33%. Estos datos empujan el valor de la acción hacia arriba. Además, México es solo un cachito de lo que tiene América Móvil a nivel mundial. También tiene presencia en Brasil, Argentina, Chile, Colombia, Perú, Ecuador, América Central, el Caribe, y Estados Unidos.
Si bien en estos países los márgenes de la empresa no son tan generosos como en nuestro país, dado que en esas latitudes si la han regulado como preponderante desde hace tiempo, los ingresos de América Móvil son recogidos por todo el continente. El “efecto México” se diluye. Por otro lado, el anuncio de la desincorporación de activos en México dado por la propia empresa también le generó rendimientos al valor de su acción. Los inversionistas lo ven bien. Falta ver que esto se concrete apegado a ley.
En el caso de Televisa también sus estados financieros al segundo trimestre fueron buenos. A pesar de una caída de 24% de la venta de canales derivado de la regulación must offer, los ingresos del grupo crecieron 7%. Por otro lado, parecería que a los inversionistas no les preocupa mucho la licitación en curso de dos cadenas nacionales de televisión abierta. En todo caso lo perciben como una competencia incipiente en este mercado en donde la generación de contenidos es la clave y en el que Televisa está más que posicionado.
Así las cosas, los fundamentales de estas empresas están saludables y en orden. El mercado accionario, hasta ahora, premia tener títulos de ambas.
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