Roberto García Requena/ Ovaciones
Cuántas veces al día usted no puede completar una llamada desde o hacia un celular teniendo que volver a marcar? ¿Cuántas veces al día se le interrumpe la llamada una vez que ya había establecido una conversación con su interlocutor? ¿Cuántas veces al día escucha con interferencia la voz de la persona con la que habla? ¿Cuántas veces al día tiene que volver a llamar por cualquiera de las razones anteriores con el consecuente cobro por parte de la compañía por supuesto? Seguramente la respuesta a todas las preguntas es MUCHAS VECES. Si eso lo trasladamos de manera mensual y/o anual los costos incurridos por parte de los usuarios son altísimos, medidos éstos en tiempo y dinero.
Para nadie es extraño que la calidad de los servicios móviles en México es pésima. Se caen llamadas, no se completan, hay interferencias, las zonas de cobertura son reducidas. Y por si esto fuera poco el servicio es de los más caros del mundo como la misma Organización para la Cooperación y Desarrollo Económicos (0CDE) señala en cada publicación que hace referente a los mercados de telecomunicaciones internacionales. Hay dos razones principales por las que la calidad de los celulares es tan mala:
1) Alta concentración en el mercado y falta de competencia; y 2) Carencia de una regulación apropiada. Cada una de estas razones está interrelacionada con la otra. Explico cada una. La primera es que existe un solo operador (Telcel) que concentra el 70 por ciento del mercado móvil. Los otros tres operadores (Telefónica, lusacell, Nextel) se dividen el 30 por ciento restante. Esta situación provoca que no exista un mercado competitivo en México y que por ende los operadores no se esfuercen por brindar un mejor servicio a sus usuarios. Cuando la estructura de mercado es casi monopólica la calidad del servicio o producto se va al traste.
La segunda razón, la falta de una regulación adecuada, se debe a que el marco legal y nuestras autoridades, principalmente el órgano regulador, la Comisión Federal de Telecomunicaciones (Cofetel), desde su fundación en1996 no ha podido ejecutar una regulación que propicie condiciones de competencia en el mercado. A la fecha no existe en firme una sola regulación asimétrica para controlar a los operadores grandes o dominantes, a diferencia de la mayoría de los países pertenecientes a la OCDE. Hay que reconocerle a la Cofetel varios logros en casi dos décadas de existencia, como lo es ayudar a crecer la matrícula de celulares a más de 100 millones en todo el país, pero si algo está pendiente es que no se han generado mercados competitivos. Los usuarios pedimos a gritos una mejor calidad de los celulares. Es desesperante la situación. Para lo que pagamos merecemos mejores servicios.
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