Roberto García Requena/ Ovaciones
Según datos de la Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT) la penetración de la TV digital en el mundo va al alza, particularmente después de las políticas establecidas para impulsar el apagón analógico en los distintos países. En la edición 2013 del documento Medición de la Sociedad de la Información que publica la UIT, se estima que al cierre del año pasado el 55 por ciento de los hogares alrededor del mundo cuentan con un equipo con capacidad de recepción de señales digitales. Para los países desarrollados esta cifra se eleva a la cantidad de 81 por ciento, mientras que para los países en desarrollo apenas alcanza el 42 por ciento.
¿Dónde se encuentra México en este tema? De acuerdo a estadísticas del Inegi, en nuestro país menos del 30 por ciento de la población cuenta con una televisión digital. Es tan escasa la penetración que el calendario escalonado por ciudades para transitar a la televisión digital terrestre (TDT) ha tenido que ser modificado en varias ocasiones para posponer la fecha del apagón analógico. Apenas en el mes de octubre se publicó la Norma Oficial Mexicana NOM-192-SCFI/SCTI-2013 para evitar la comercialización de televisores analógicos después de febrero del próximo año. Es decir, todavía es factible comprar un equipo analógico en los almacenes mexicanos.
La fecha fatal del 31 de diciembre del 2015 establecida en el artículo quinto transitorio de la reforma constitucional en telecomunicaciones para que culmine en todo el país la migración a la TDT se ve difícil de cumplir. Si no hay un esfuerzo contundente y bien ejecutado desde el gobierno para elevar rápidamente los niveles de penetración de equipos digitales en todo el país, los perjuicios serán enormes al dejar a importantes capas de la población sin la posibilidad de recibir señales de televisión. No basta con establecer una fecha en la Constitución; se tienen que acompañar una serie de acciones para lograr esta meta.
La UIT en este mismo estudio señala de manera textual: Para seguir avanzando en el proceso de cambio a digital, los gobiernos deben tomar medidas complejas (por ejemplo legislaciones, decretos técnicos, reatribución del espectro, nuevas autorizaciones, coordinación transfronteriza de frecuencias) antes de que los operadores puedan iniciar efectivamente el proceso y los hogares empiecen a adaptarse al cambio. Los gobiernos deberían elaborar estrategias nacionales para coordinar todas las medidas necesarias para el cambio a digital.
Estas estrategias deberían comprender objetivos y plazos claros, y ser supervisadas periódicamente. La población y todos los interesados (incluido el sector privado) deberían ser informados de manera transparente sobre los avances realizados. Esto es particularmente cierto en los países en desarrollo donde el cambio a digital apenas está comenzando.
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