Roberto García Requena/ Ovaciones
El gobierno federal presentó este domingo el paquete económico para el ejercicio fiscal 2014. Hay muchos temas que analizar en la propuesta de Ley de Ingresos como lo son la eliminación del IETU y de los impuestos a los depósitos en efectivo (IDE), así como la no aprobación de un IVA generalizado en alimentos y medicinas, y la escalada a un 32 por ciento del ISR para personas físicas con ingresos mayores a los 500 mil pesos anuales. Sin embargo, y por la naturaleza de esta columna, enfatizaré en estas líneas el caso del impuesto especial a productos y servicios (EPS) en el consumo a los servicios de telecomunicaciones.
La teoría económica explica por qué un IEPS a las telecomunicaciones no hace otra cosa más que inhibir el crecimiento y penetración de estos servicios entre la población, lo cual es una política pública errónea en un país con una brecha digital tan pronunciada como el nuestro. El IEPS es un impuesto que termina por pagar el usuario final. Por ello, en realidad el IEPS se convierte en un impuesto al consumo, por cierto, adicional al impuesto al valor agregado (IVA) que ya de por sí se paga. Un impuesto al consumo, por naturaleza, inhibe la compra de dicho producto. En el caso de las telecomunicaciones es absurdo que se disminuya el consumo de estos servicios gracias al cobro de un impuesto especial. De hecho, es opuesto a la recién aprobada reforma constitucional que pretende impulsar una mayor penetración y cobertura de estos servicios.
Por otro lado, el impacto en el consumo también perjudica a la industria en sus planes de inversión y expansión de infraestructura. Los impuestos en telecomunicaciones que entraron en vigor desde enero de 2010 han afectado los ingresos del sector. Además es un impuesto regresivo al afectar más a los que menos tienen. Por ello, con el IEPS se desalienta el consumo de estos servicios a los más pobres del país, lo que a su vez profundiza la desigualdad de oportunidades tecnológicas y de conectividad entre la población.
Ya es mucha la aportación fiscal que hace el sector a la tesorería del gobierno federal. Solamente por IEPS en telecomunicaciones el gobierno federal pretende recaudar 8,081 millones de pesos para 2014. Mejor optemos por incentivar el consumo y crecimiento, y no por desalentarlo. Se tienen que delinear políticas públicas claras, entre ellas las fiscales, para lograr un crecimiento sostenido de las telecomunicaciones, así como una estrategia para mejorar la calidad y los precios de los servicios. Un paso en esta dirección sería eliminar el cobro del IEPS. El Congreso de la Unión tendrá la última palabra en este respecto.
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