Roberto García Requena/ Ovaciones
El Instituto Federal de Telecomunicaciones (Ifetel) dio a luz el estatuto que regirá su organización interna. Con algunas precisiones, pero también fallas y omisiones respecto a lo que dice el texto constitucional, el Ifetel ya cuenta con la columna vertebral para su conducción como órgano regulador. Era urgente y necesario que se emitiera dicho estatuto; sin embargo, seguramente tendrá que ser modificado una vez publicada la ley secundaria en la materia. Esta ley, que dará vida a la reforma constitucional, será lo que verdaderamente defina el alcance y actuar del regulador. Por cierto, ley que tendrá que estar publicada a más tardar a principios de diciembre. Ojalá fuera antes.
Hasta en tanto no se promulgue esta ley se vive una especie como de vacío regulatorio. El Ifetel ya existe pero está en impasse, en punto muerto. Es como un cuerpo sin alma. Existe el puro cascarón sin la sustancia que lo rellene. Por eso es importante que se expida la ley reglamentaria que dé corazón a la función regulatoria que tendrá que desempeñar el Ifetel. Qué bueno que ya hay estatuto, pero sin ley no se va a poder avanzar ni para atrás ni para adelante, o muy poquito.
Son muchos y de gran impacto los temas que están pendientes en la agenda del sector: licitación de espectro para servicios de televisión, declaraciones de preponderancia para los agentes dominantes en los mercados, desarrollo de la red troncal en la banda de 700 MHz, transición a la televisión digital terrestre (TDT), desagregación del bucle local, calidad de los servicios, derechos de los usuarios, etc. Cada tema requiere de una atención especial y algunos con fechas límite de resolución. Todo el sector está esperando la ley, como pilar de seguridad jurídica para invertir desde el punto de vista de la industria, y para regular desde el punto de vista del Ifetel. Y no se diga de los usuarios que todos ansiamos mejores servicios y precios más bajos.
Mientras esto no ocurra, los flujos de inversión, nacional y extranjera, seguirán cayendo. Ahí están los datos reportados en el primer informe de gobierno del presidente Peña. Se estima que este año se invertirán 63 mil 645 millones de pesos en todo el sector mientras que el año pasado la inversión fue de 89 mil 543 millones de pesos. Es decir, se espera una caída del 29 por ciento para este año. Evidentemente la tasa de crecimiento del sector también se ve impactada y se espera que cierre alrededor del 9 por ciento para este 2013. Ni de broma las tasas que se observaron de 15 y 16 por ciento de años previos.
Sin duda la reforma en telecomunicaciones traerá cosas buenas. Pero este periodo de transición en el que por un lado se rompió el status quo del sector, y por el otro se quiere aterrizar en una cancha más pareja y competitiva, está costando, y mucho.
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