Roberto García Requena
La Crónica de Hoy
La semana pasada escribí en este mismo espacio respecto a los desórdenes que hay en torno a la transición a la televisión digital terrestre (TDT) y a la licitación de la tercera cadena de televisión.
Y los desórdenes no paran. Lo último es que la Comisión Federal de Telecomunicaciones (Cofetel) publicó en el Diario Oficial las bases para licitar la compra de decodificadores para la recepción de la TDT en Tijuana. En primer lugar la Cofetel no tiene atribuciones en ley para hacer una licitación de esta naturaleza. El decreto publicado por el Ejecutivo en septiembre de 2010 para la transición a la TDT establece, entre otras acciones, que la Secretaría de Economía es la responsable de hacer la adquisición de los decodificadores. El decreto ya fue violado entonces.
Ahora bien, los decodificadores que pretende comprar la Cofetel son exclusivamente para la ciudad de Tijuana. Para ello cuenta con un presupuesto de 309 millones de pesos con cargo a los Fondos de Cobertura Social (Foncos), en razón de que no se solicitaron en tiempo y formatos respectivos recursos al Congreso para que fueran incluidos en el Presupuesto de Egresos de la Federación. ¿Qué va a pasar con el resto de las ciudades fronterizas y todas las subsecuentes en el calendario de transición a la TDT? ¿La Cofetel va a lanzar una licitación por ciudad? ¿Con cargo a los Foncos otra vez?
Los recursos asignados a los Foncos son para cumplir con objetivos diametralmente opuestos a la compra de decodificadores para que la población pueda recibir televisión digital. Según publicación del Diario Oficial del 28 de septiembre de este año, los Foncos son para la creación y despliegue de infraestructura en telecomunicaciones y éstos serán otorgados directamente a los concesionarios. De ninguna manera se pueden entregar estos subsidios a los usuarios de forma de dispositivos para recibir señales digitales en su hogar. El sentido y motivo de los Foncos se está desvirtuando.
La ilegalidad de la licitación y la falta de previsión, que ahora se ha convertido en apuro, hacen que el proceso de transición a la TDT esté en la cuerda floja. Difícilmente el calendario se va a cumplir. Los países que han tenido una transición exitosa han planeado durante años el apagón analógico. La compra de decodificadores empezó con mucha anticipación a la fecha del apagón, así como las campañas masivas en medios de comunicación para alertar a la gente.
En México la penetración de la televisión digital entre la población alcanza apenas el 16 por ciento, por lo que la compra de decodificadores va a tener que ser masiva para lograr un apagón analógico exitoso. Curiosamente todavía no existe una norma oficial para evitar la importación de las televisiones analógicas de desecho de nuestro vecino país del norte.