Las posiciones adoptadas por varios miembros del PRD y algunos perredistas disfrazados de panistas rayan en lo absurdo. En su afán por retrasar a toda costa la aprobación de la Ley Federal de Telecomunicaciones y Radiodifusión en beneficio de las empresas del ingeniero Slim, hacen un escándalo porque el trabajo legislativo se empalma con la Copa del Mundo de Futbol, se inventan una supuesta discriminación de las mujeres en los servicios de telecomunicaciones o convocan a interminables foros para discutir lo ya discutido.
Y es que como consecuencia de uno de estos foros, los perredistas llegaron a la conclusión de que la discriminación de las mujeres y las niñas en su acceso a las telecomunicaciones es un problema grave. ¿Qué opina usted, estimado lector? ¿Conoce alguna mujer o niña a la que se le hayan negado servicios de telecomunicaciones por ser mujeres? Honestamente, yo no. Es más, hasta que la senadora Alejandra Barrales decidió colgarse de la bandera políticamente correcta pero irrelevante de la perspectiva de género en telecomunicaciones para retrasar la aprobación de la ley, el tema ni siquiera me había pasado por la cabeza.
En mi visión miope de las cosas, me parece que el gran problema de las telecomunicaciones es la falta de competencia y la altísima concentración de mercado que detentan Telmex y Telcel y que les permite cobrar los precios más altos de entre los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) a cambio de un servicio que… Bueno, para qué le cuento, usted conoce perfectamente la calidad de los servicios de América Móvil en México. Reconozco que tal vez la OCDE, el Constituyente permanente, el presidente de la república, el Instituto Federal de Telecomunicaciones, usted y yo estamos equivocados y el verdadero problema es la discriminación de las mujeres y las niñas. No lo sé, pero me parece que el ingeniero Slim nos atora a todos por igual.
No contenta con su descubrimiento, la senadora Barrales quiere seguir buscando el hilo negro y el agua tibia y convocó a nuevo foro con organizaciones civiles (whatever that means), organizado por la Comisión de Radio, Televisión y Cinematografía del Senado, en el cual se expondrá lo ya expuesto, se exigirá lo ya exigido y se llorará lo ya llorado. Recordemos que tan pronto se recibió en el Senado la iniciativa del presidente Peña Nieto, las comisiones unidas de Comunicaciones y Transportes; Radio, Televisión y Cinematografía, y Estudios Legislativos celebraron un foro plural al que acudieron cámaras empresariales, instituciones académicas, asociaciones de consumidores, empresas del sector y diversas organizaciones que pretenden representar a la sociedad civil aunque jamás los hayamos elegido como nuestros representantes. En este foro todos los interesados expresaron libremente sus opiniones respecto de la iniciativa de ley, por eso me parece que la intención de la senadora Barrales es seguir pateando el balón con cuanta peregrina idea se le ocurra para que el ingeniero Slim nos siga cobrando un sobreprecio de casi 600 millones de pesos diarios, de acuerdo con cifras de The Competitive Intelligence Unit. Tal vez a ella no le corre prisa, pero a nosotros, los usuarios, sí. No estamos dispuestos a seguir subsidiando las aventuras del ingeniero Slim en el extranjero a cambio de un pésimo servicio.
Como sólo serán invitados a este foro guerrilleros de café afines al PRD, a las cadenas humanas y a las marchas, me permito proporcionar un dato adicional a la discusión pública: desde hace más de cinco años, el ingeniero Slim recibe más de dos terceras partes de los ingresos del sector e invierte en México menos de una tercera parte, el resto lo invierte en Austria o en países donde sí hay competencia.
¿con qué nueva ocurrencia abonará la senadora Barrales a la cartera del ingeniero Slim?
