2018-11-15
El diagnostico de los segmentos que integran al sector de las telecomunicaciones (móvil, fijo, banda ancha, tv de paga, etc.) se basan en diversas métricas (número de usuarios, líneas, ingresos, accesos, dispositivos, tráfico, estructura del mercado por grupo económico, penetración del servicio, etc.), para su dimensionamiento y análisis estático y dinámico.
Para el caso mexicano, en todas ellas se sigue identificado un elevado nivel de concentración en manos del declarado agente económico preponderante, América Móvil, constituido por las empresas Telmex-Telnor/Telcel. En otros términos, los indicadores muestran un muy limitado avance en el objetivo de avanzar en términos de competencia en este sector, en donde su huella, aún mayor a dos terceras partes del mercado, lo aproximan al monopolio que fue hace más de dos décadas, que de un operador competitivo que no limita la sana evolución del mercado y la optimización de los beneficios para los consumidores nacionales.
Esa competencia es precisamente la tarea del Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT), con base en su herramental legal e institucional, que resulta en una regulación asimétrica.
Ahí, la interconexión juega un papel clave. Es la lección empírica internacional e histórica.
El análisis muestra que derivado de la Reforma, se había empezado a observar una ganancia en competencia resultante de la interconexión asimétrica definida. Ya en su determinación por el IFT que entró en vigor al inicio de 2018 permitió al preponderante frenar esa tendencia reniveladora al cerrar el margen de asimetría que se había determinado por el legislativo; desde entonces, la proporción de líneas ha permanecido estática y, más preocupante aún, su nivel de ingresos es cada vez mayor, respecto a los demás operadores del mercado.
Recientemente el IFT determinó el nivel y diferencial de tarifas que se deberán pagar al operador preponderante y este a sus competidores por la terminación de llamadas y mensajes cortos en sus respectivas redes durante 2019. Para la terminación de llamadas de usuarios móviles bajo la modalidad “el que llama paga”, el IFT determinó una tarifa de $0.028313 pesos para el caso del operador preponderante, un nivel 0.9% inferior al fijado para este año, mientras que para los competidores será de $0.112623 pesos, 0.2% menos que en 2018. Esto implica un diferencial de $0.084310 pesos, prácticamente el mismo que el de este año.
Pero más importante que el nivel de dichas tarifas, es el diferencial de tarifas entre competidores y preponderante. Una mayor asimetría resulta en mejores condiciones y resultados en competencia.
Para nadie es un secreto que cambios abruptos en los términos de asimetría tarifaria de interconexión resulta en reversiones de las ganancias en competencia.
Y así ha sucedido con la referida renivelación desde inicios del 2018. El preponderante móvil aumentó durante los primeros 9 meses del año su participación en ingresos, al pasar de 68.1% a 71.0%. un punto porcentual de ganancia por trimestre, en promedio.
Esta evidencia refuerza la necesidad de reconsiderar el diferencial tarifario, en búsqueda de recuperar la trayectoria de beneficios previamente alcanzados en términos de menores precios y mejores ofertas de servicios, simultáneos a la reducción significativa de la participación de mercado del preponderante.
Para que la asimetría de tarifas de interconexión cumpla su propósito, las lecciones regulatorias apuntan a que se deben establecer condiciones técnicamente eficientes, una implementación oportuna en su temporalidad y con niveles tarifarios acordes a la estructura del mercado y dinámica entre competidores.
Ciertamente la asimetría es una medida de carácter temporal cuya función es equilibrar las condiciones de mercado entre competidores. En tanto ello no sea alcanzado, debe mantenerse en niveles y sobre todo diferenciales adecuados para lograr la evasiva competencia efectiva del mercado mexicano.