Javier Orozco.
Milenio Diario
En la semana que concluyó sucedieron dos hechos en el sector telecomunicaciones y radiodifusión que dejaron un vestigio de incertidumbre.
El primero, la acción colectiva que la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco) ejerció contra Telcel por la afectación en la suspensión de sus servicios en cuatro delegaciones del DF. Se dice, que podría generar una multa por 6 millones pesos, al considerarse que es una misma conducta que perjudicó a diversos usuarios.
Se espera que la sentencia se dicte en seis meses y resolverá si el pago de 20 pesos con los que la compañía compensó a los usuarios fue suficiente para resarcir el daño.
El punto es, ¿con base en qué criterios se va a valorar si fueron suficientes los 20 pesos?, al final del día el que pierde es el usuario, ya que tendrá que esperar a que concluya el proceso de la acción colectiva para saber si recibió lo justo.
El segundo hecho parte del comunicado de la Comisión Federal de Telecomunicaciones (Cofetel) mediante el cual autorizó al Canal 66 en Mexicali, Baja California, adelantar su apagón analógico y continuar operando en formato digital a partir del 7 de marzo y no hasta el 26 de noviembre como se tiene previsto.
La política de televisión digital terrestre (TDT) señala que se debe `… lograr la terminación escalonada de las transmisiones analógicas…, sujeto a lograr 90 por ciento de penetración de la TDT de la población que depende de la televisión radiodifundida.` Y en Mexicali apenas existe un 30 por ciento según datos oficiales.
La Cofetel se justifica diciendo que el apagón analógico de este concesionario no afecta el servicio de la televisión a la población en Mexicali porque hay otros 6 canales; lo cual es cierto, sin embargo, aunque le lleguen otras señales analógicas a un televidente que acostumbra ver el canal 66, se va a quedar sin las transmisiones que a él le interesan; si no cuenta con un televisor digital o decodificador.
Los títulos de concesión son claros en señalar que se deben cumplir todas las disposiciones legales y sus condiciones.
Por lo tanto, ¿dónde quedan los derechos del usuario y del televidente?.