Javier Orozco
Milenio
El día de hoy, a las cuatro de la tarde, según el más reciente boletín de la Cofetel, se dará a conocer el fallo del procedimiento de licitación pública para la contratación de los servicios de visita y, en su caso, entrega e instalación de decodificadores y/o antenas digitales para la recepción de las señales de televisión digital en domicilios ubicados en Tijuana, calificados como hogares objetivo. Se espera que la tercera sea la vencida.
En efecto, ya van dos fechas en que se posterga el fallo; todo indica que la Secretaría de la Función Pública le ha hecho unas pequeñas observaciones a Mony deSwaan, quien no muy gustoso quiere seguir adelante pese a las observaciones, quizá porque ya está acostumbrado a enfrentar a la Función Pública y dirá que una posible denuncia más no importa.
Conviene señalar que la Ley de Adquisiciones en el artículo 36 establece que: “Cuando las dependencias y entidades requieran obtener bienes, arrendamientos o servicios que conlleven el uso de características de alta especialidad técnica o de innovación tecnología, deberán utilizar el criterio de evaluación de puntos y porcentajes o de costo beneficio.” En el entendido de que esta licitación sí requiere características de alta especialidad técnica (si no lo cree, remítase al anexo de proposición técnica de las bases de licitación), y además implica una innovación tecnológica ¿acaso la transición hacia la era digital no lo es? Lo legalmente procedente es que la Cofetel usara el criterio de evaluación de puntos y porcentajes o el de costo beneficio, sin embargo, atizará para la definición del fallo un “criterio de evaluación binario”, por medio del cual solo se adjudica a quien cumpla los requisitos establecidos por la convocante y oferte el precio más bajo, ¿traje a la medida? No pensemos mal.
Con toda la mala estructuración, proyección y prisas en este tema la que pierde no es la Cofetel, ni siquiera su presidente Mony de Swaan, sino el ciudadano, quien paga sus impuestos y exige actos responsables y eficientes de sus autoridades. Al final del día sabremos si hubo o no fallo.