Javier Orozco
Milenio
El Presupuesto de Egresos de la Federación (PEF), por regla general, representa un proceso complejo en su elaboración y aprobación; en virtud de que todos los actores del sector público federal y estatal buscan ver reflejado para cada año el recurso financiero anhelado.
Lo anterior es comprensible cuando se cumplen dos cosas básicas: eficiencia administrativa y proyectos sustentados; de lo contrario, difícilmente se puede ser considerado para una partida seria o hasta adicional.
Y, en efecto, nunca faltan cada año los “molestos” que hablen de favoritismos o inconformidades. Y en ese plano se encuentra Mony de Swaan, presidente de la Cofetel, de entrada ha mostrado su lado voluble, ya que primero aplaudió la firma del Pacto por México y ahora dice que está lleno de contradicciones porque le asignaron menos recursos, y en segundo lugar sale a hacer declaraciones sensacionalistas de que la política de TDT puede fracasar, cuando él la está llevando al precipicio cometiendo error tras error.
Basta recordar dos detalles en 2012, la fallida norma oficial mexicana para frenar la venta de televisores análogos y la atropellada licitación de decodificadores para la ciudad de Tijuana. Y ya no hablamos de las truncadas licitaciones de radio y tv, las cuales no avanzan al no tener la pericia para saber presidir un órgano colegiado.
Pero eso sí, llama la atención que no solo se preocupe por la TDT, sino también por sus “amigos abogados”, ya que entre los proyectos que peligran para la Cofetel -según Mony- están “el fortalecimiento de la asesoría jurídica” en materia de sanciones y las “mejoras” en materia de gestión de trámites ante la comisión; es decir, que Mony siga asignando contratos con lo magnánimo que lo caracteriza con sus “amigos”.
En los últimos diez años no se había aprobado un PEF en la Cámara de Diputados con la sincronía y tiempos vistos en diciembre pasado, para que ahora venga -como siempre- solo y su alma, Mony de Swaan y reclame recursos que se ganan con resultados y no con declaraciones que buscan chantajear o justificar su ineficacia.