Javier Orozco
Milenio
La secrecía y oscurantismo de los integrantes del PAN-PRD en el consejo rector del Pacto por México con relación al proyecto de reforma en telecomunicaciones, solo lleva a pensar que estamos frente a un autoritarismo.
A ciencia cierta no se sabe qué esconden, a tal grado que ni sus propios legisladores -quienes serán los que la analicen y en su caso aprueben o rechacen- conocen un borrador o proyecto.
Por filtraciones se sabe que en este momento el punto donde está “atorado” el proyecto es en la naturaleza del órgano regulador, pues el binomio PAN-PRD se ha empeñado en un órgano constitucional autónomo, tal y como lo han dejado plasmado en diversas iniciativas en los últimos 15 años.
De entrada los órganos constitucionales autónomos no se adscriben a ninguno de los poderes del Estado, son depositarios de ciertas funciones del poder público y son la máxima autoridad en el establecimiento de políticas, programas y planes en su respectiva materia.
La idea de que la Comisión Federal de Telecomunicaciones (Cofetel) sea un órgano autónomo no cuadra y si impacta con la rectoría que el Estado ejerce en el desarrollo nacional para garantizar que esta sea integral, y con la facultad del Ejecutivo de regular y promover la actividad económica, social y de aprovechamiento racional de los bienes del dominio de la nación.
Es por ello que es importante que el Ejecutivo federal continúe con la rectoría en materia de telecomunicaciones, la cual está sustentada constitucionalmente en los artículos 27 y 28.
El PRI sabe que una organización política-gubernamental es fruto de un conjunto de circunstancias que privan en una etapa histórica, por ello, reducirlo a esa época, situarlo en las fronteras que su tiempo le señala, es darle el alcance que merece.
De esta manera se evita lo que hemos vivido en los últimos 12 años, una estructura política desarticulada e ineficaz.
De ahí el perjuicio de tanta secrecía de un grupúsculo que con su visión política miope quiere desarticular el Estado Mexicano, todo dependerá del PRI si se deja ir por el camino fácil y cree en su palabra.