Javier Orozco
Milenio
Aun día de que inicie el año 2013, los deseos y los propósitos abundan, siempre encaminados a mejorar y no cometer los mismos errores; pero también es necesario reflexionar sobre lo que nos deja el 2012, para ver las perspectivas y necesidades del sector telecomunicaciones y radiodifusión, pues representan uno de los temas torales en los que el presidente Enrique Peña Nieto podría fincar un factor de inversión y desarrollo, para lo cual debe valorar ciertos aspectos.
En la semana de la Radio y Televisión organizada por la CIRT, el entonces presidente electo expreso en su discurso que reconocía la labor de los medios de comunicación en el desarrollo del país y su función social, enmarcó su compromiso de “ser absolutamente respetuoso de las libertades de pensamiento y de expresión que, siendo derechos fundamentales, son parte esencial de nuestro régimen democrático”.
Es temprano para valorar una postura gubernamental, aunque de entrada no se perciben prácticas que pretendan establecer controles y limitaciones a los medios, como ocurrió en este 2012 por instancias como el IFE, Tribunal Electoral, o la propia Cofetel, que afectaron el sano ejercicio de sus actividades.
Los temas de acceso y desarrollo de tecnologías, la conectividad, el uso y aprovechamiento del espectro, y la sana competencia con reglas claras y justas, serán algunos de los aspectos que en el 2013, el nuevo gobierno habrá de impulsar y en muchos casos destrabar, pues de ello depende que dejemos de caminar con pasos lentos. Algo ocurrió en el sector telecomunicaciones que la inversión bajó en 9 por ciento en este año.
Por lo que será tarea del gobierno propiciar entre los actuales concesionarios y permisionarios de los diferentes servicios de telecomunicaciones, y en aquellos empresarios que pretendan invertir en dichos servicios, la certidumbre legal suficiente y necesaria que los haga apostar por aumentar, mejorar e introducir la infraestructura que haga posible el acercar al mayor número de la población las herramientas tecnológicas y de información. Se requiere un gobierno que de certidumbre jurídica, que fue lo que faltó en 2012.