Javier Orozco.
De ¡gual forma que en el sexenio anterior se ocuparon los tiempos oficiales para promover la prueba Enlace o el examen de evaluación para docentes, ahora del 18 al 25 de junio se utilizarán dichos tiempos para promocionar la convocatoria para integrar el Instituto Federal de Telecomunicaciones (Ifetel) y la Comisión Federal de Competencia Económica.
El plazo de 60 días naturales para el Comité de Evaluación -Banco de México, INEGI e INEE- va transcurriendo sin parar y hasta parecieran pocos o muchos los días, todo dependerá del número de interesados que se inscriban.
Y a todo esto, ¿quién está preparando el examen?, ¿será único o habrá diversos?, ¿de opción múltiple o respuestas concretas?, ¿lo aplicarán en un solo día o varios?, ¿lo harán en el Estadio Azteca, el Auditorio Nacional o pedirán apoyo al Colegio de Bachilleres?
En fin, las interrogantes empiezan a surgir, así como los apuntados comienzan a figurar y los clásicos desmarcados ya dicen: yo no quiero.
Todo esto viene a que el Comité de Evaluación tiene que regirse por el principio de la transparencia, no es malo su inicio con una difusión nacional en radio y tv abierta, pero se espera que el cumplimiento de requisitos y la evaluación de los exámenes se hagan del conocimiento público.
Por el bien del prestigio de instituciones como el Banco de México y el Instituto Nacional de Estadística y Geografía, y un buen inicio para el INEE, es deseable que este proceso de selección sea transparente y objetivo; de lo contrario, estarán arrepentidos de haber sido invitados a una evaluación que no va mucho con sus tareas sustantivas.
Es un tema delicado, donde se requiere oficio en el manejo de la información, esperamos no enterarnos de que los exámenes se venden en 20 o 50 mil pesos, como ocurre con las residencias médicas cada año o que aparezca en Tepito la base de datos de los aspirantes.
Se trata de acabar con las suspicacias e iniciar con la integración de dos nuevos órganos autónomos, sin objeciones o desconfianzas. Ya lo dice el dicho: la mujer del César no solo debe ser honesta, sino también parecerlo.
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