2018-06-20
La semana pasada hubo dos eventos muy importantes en el sector de las comunicaciones a nivel internacional que si bien no tendrán un impacto en el corto plazo en el resto del mundo, si van a sentar las bases para definir el rumbo del sector en las próximas décadas. Me refiero específicamente a la eliminación de las reglas de neutralidad de la red y la compra de Time Warner por AT&T.
Neutralidad de la Red
Si ustedes recuerdan, el 14 de diciembre de 2017 se votó a favor de la eliminación de la neutralidad de la red. Sin embargo, fue hasta el 11 de junio, seis meses después, que entró en vigor la norma que la elimina por completo en los Estados Unidos de Norteamérica.
Casi todos los escenarios que se mencionan en los medios son fatalistas acerca de lo que sucederá con el Internet después de la eliminación de la neutralidad, pero hay elementos de mercado y de la nueva regulación que muestran que el internet seguirá teniendo el mismo dinamismo que ha tenido hasta antes de su eliminación.
Estos cambios por ahora sólo tendrán efecto en el país vecino (y está por verse ya que algunos estados como California están formulando sus propias leyes para reinstaurar la neutralidad de la red), sin embargo, dependiendo de cómo se comporte el Internet en los próximos años estoy seguro que servirá para sentar las bases, o no, de cómo se llevará a cabo la legislación en el resto del mundo.
Por cierto, en México la legislación asegura la neutralidad de la red pero aún tenemos como pendiente establecer los lineamientos que la regulen.
AT&T y Time Warner
Después de varios meses de estar en revisión, fue aprobada la compra de Time Warner por AT&T. Dicha compra se realizó por la cantidad de 85.4 billones de dólares y se autorizó sin ninguna condición para ambas empresas.
Esta operación reúne al principal proveedor de telecomunicaciones en Estados Unidos con uno de los líderes mundiales en la creación de contenidos de cine y televisión. Esta fusión basa su lógica en una tendencia internacional en la cual las empresas más importantes de infraestructura y tecnología están empezando a producir o a adquirir sus propios contenidos, los cuales junto con los recursos de infraestructura constituyen un maridaje perfecto para permanecer dentro de la preferencia de los consumidores.
En el caso de México, esta adquisición fue previamente aprobada por el IFT y sujeta a algunas condiciones de mercado para no afectar el ecosistema competitivo.
A pesar de que parte de la promesa con la eliminación de la neutralidad de la red fue que se estaría cambiando a un esquema en el cual el regulador (FCC) supervisaría sólo aquellos casos en los cuales se identique que existen prácticas anticompetitivas, la autorización de la compra de Time Warner será la primera prueba de fuego para demostrar que la eliminación de la neutralidad fue un acierto y que se vigilará a cabalidad que AT&T no priorice la transmisión de su contenido, mermando aquel de otros jugadores.