vía El Economista
A raíz de las últimas alertas y eventos relacionados con posibles accidentes en el espacio aéreo de la Ciudad de México, y la cada vez más ridícula explicación del presidente López Obrador, en el sentido de que todos los avisos no son otra cosa más que ataques políticos en su contra, me permito compartir extractos de un documento que conocí ayer, firmado el 18 de octubre de 2018 por la consultora internacional Mitre. El “Memorándum” fue dirigido por el Director Internacional e Ingeniero Principal de Mitre al Secretario de Comunicaciones y Transportes, con copia para Alfonso Romo y Javier Jiménez Espriú, del equipo de transición de López Obrador, y contiene un resumen de sus conclusiones sobre la interoperabilidad del AICM con el AIFA. Comienzo la transcripción parcial:
“No hemos analizado la capacidad operacional (llegadas+salidas) del plan, pero sabemos que será sumamente baja, sólo faltándonos saber si será peor que la ya lograda por el AICM. No comprendemos cómo se habla de capacidad antes de emprender estudios de espacio aéreo. No hemos realizado el complejo rediseño del espacio aéreo que ese plan requeriría, pero sabemos que será muy complicado de manejar para los controladores aéreos, dada la orografía. Es un error comparar al Valle de México con Nueva York o Londres.
Mitre no considera el plan AICM+Santa Lucía como apropiado por las siguientes razones: el plan, en cuanto a su capacidad operacional es, en el mejor caso, a cortísimo plazo. En el peor caso, que es muy preocupante, podría llevar a que la capacidad operacional sea aún menor que la actual capacidad del AICM por sí solo. He leído sobre la capacidad de pasajeros que se pretende lograr. La capacidad básica de un aeropuerto es la operacional (que Mitre puede calcular con bastante precisión, pero toma tiempo). La capacidad de pasajeros se estima en base a la operacional. No es aconsejable anunciar cualquiera de ambas capacidades, incluso como relativamente probables, antes de los estudios de espacio aéreo y la creación de procedimientos de despegue y aterrizaje.
El plan, desde el punto de vista de diseño aeronáutico es de por si complejo e incierto para una sola pista comercial operando en Santa Lucía. Sin embargo, ahora se habla de operar simultáneamente dos pistas separadas 1,500 m (llamémosle a esta operación simultánea “dual”). En 2015 sólo se hablaba de pistas separadas unos 300 metros, es decir, no de una operación dual.
Tampoco se ha estudiado cómo manejar las muy diversas situaciones de dos aproximaciones fallidas simultáneas o de vuelos que sufran otro tipo de inestabilidad. La Sierra de Guadalupe se halla localizada cerca y paralela a la trayectoria de aproximación a Santa Lucía.
El caso del plan AICM+Santa Lucía entra en la categoría de ser altamente restrictivo por razones de separación con el tráfico dirigido hacia el AICM. Sabemos, antes de realizar estudios exactos, que esas restricciones no resolverán el problema del manejo de la creciente demanda de la CDMX.
Finalmente, me permito volver a mencionar las limitaciones de la navegación satelital mencionada ayer, que es uno de los grandes campos de actividad de Mitre. No hay ningún gran aeropuerto del mundo que dependa exclusivamente de navegación satelital. Hay aeropuertos menores de este tipo, desde luego. Nos preocupa en Mitre escuchar a menudo en debates televisados que la solución para el AICM pueda ser satelital.
En resumen, no debiera considerarse la coexistencia del AICM y Santa Lucía sin tomar en cuenta la complejidad que reviste su operación y el hecho de que dista mucho de haber sido completado un estudio aeronáutico serio. Los riesgos son claros y presentes. Además, aún en el mejor caso, no resolverá el problema de la demanda más allá del muy corto plazo (algo ya mencionado en 2013 por la OACI). Concluyo agregando a este resumen el importante problema social del ruido que quedaría sin solución”.
La reducción del número de operaciones posibles en el AICM ha quedado evidenciada. Queda por ver si éstas podrán ser absorbidas por el AIFA o tendremos una reducción neta, como predijo Mitre. “Los riesgos son claros y presentes”, dijo Mitre en 2018. López Obrador lo supo a tiempo. Eventuales accidentes bien podrían ser su responsabilidad.
Twitter: @gsoriag