Mauricio Flores | La Razón | 5 Febrero 2016
Por una cuestión básica de estilo, evito escribir esta columna en primera persona, pero tratándose de mi padre, Odilón Flores Hernández, hago una excepción: tras un accidente y posterior cirugía, mi viejo se recupera en casa, pero echa de menos su antiguo televisor analógico —se resiste a que lo cambien— pues no encuentro decodificadores digitales para reactivar su antiguo y entrañable monitor Samsung.
Ni en Best Buy que dirige Fernando Silva, o Radio Shack de Ángel Losada, o los Steren de Nathan Shterenberg que he visitado hay disponibilidad inmediata. Que ya merito, la demanda es fuerte, dicen los dependientes.
¿Cuántos hogares se quedaron sin acceso al sistema de información y entretenimiento por excelencia tras el apagón analógico? No hay todavía cifras oficiales, pero Ernesto Piedras, jefe del CIU, estima en 18% los telehogares desconectados. Y eso, considerando los 10 millones de televisores digitales que distribuyó la SCT, al mando de Gerardo Ruiz Esparza, y sin saber cuántas familias pudieron sustituir o colocar al segundo o tercer equipo (también de edad venerable, como el de Don Odilón) en su domicilio.
Los viejos televisores se perfilan como base de carpetitas, macetas y adornos. ¿Puede el gobierno del Presidente Enrique Peña dar por concluido, y exitoso, el apagón analógico?
– OXFAM y el nuevo estatismo. Ayer desayuné con Don Alberto Saba, padre del siempre querido Moisés Saba Masri. Don Beto empezó a trabajar a los 11 años vendiendo telas con su padre (oriundo de Siria) y evocó cómo —entusiastas— capacitaron a los trabajadores de su primera planta y que con ello elevaron su calidad de vida. Nunca dejará de invertir en este país, pese a las dificultades. Esa realidad rebate el argumento de OXFAM, la ONG que encabeza Winni Byanyima y dirige en México Ricardo Fuentes, que en Davos apuntó que la pobreza de los muchos deriva de la riqueza de los pocos y debe resolverse con mayores gravámenes y evitar “privatizaciones”, o sea atacar la riqueza sin enfrentar la pobreza. Esa fórmula fracasó en Venezuela y Argentina, pero en México algunos personajes de doble moral parlotean la tesis de OXFAM… cuando la única manera de generar 9 millones de empleos en los próximos 6 años —explica Juan Pablo Castañón al frente del CCE— es estimular en competencia a los emprendedores y a las empresas, y no mediante un nuevo estatismo que sólo sabe dilapidar recursos. ¿O no?
– Cemex, el que persevera, construye. Luego de 6 años en números rojos, la multinacional que dirige Fernando González obtuvo utilidad neta, 75 millones de dólares en todo 2015 y duplicó el flujo de efectivo que tocó los 881 millones de verdes. A pesar de la caída de ventas en México y Centroamérica, Cemex elevó 5% la facturación global al aplicarse a fondo en EU, zona del Mediterráneo y Asia. El mejor desempeño, menores gastos y un firme compromiso financiero permitió reducir la deuda en 1,000 millones de dólares. En algún lugar, Don Lorenzo sonríe.
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