La promesa del metaverso, las innovaciones que nos permiten entrar a mundos virtuales, la biotecnología y la llegada de criptomonedas nos hace pensar que estamos ante una revolución digital. Pero, ¿qué implica? Te contamos más:
La revolución digital y la Web3
Los promotores de la Web3 dicen que esta versión de internet será descentralizada y le devolverá el poder a las personas para crear y realizar transacciones eficientes y seguras con la tecnología blockchain.
Sin embargo, Elon Musk, dueño de Tesla y SpaceX, y Jack Dorsey, quien dejó de ser CEO de Twitter en el año 2021, han sido de los empresarios escépticos de esta promesa.
Cada vez escucharemos más acerca de esta tendencia en la tecnología, pero ¿qué es la Web3?
La Web3 se despoja del “.0” y de un espacio entre la palabra y el número (a diferencia de sus predecesoras, la Web 1.0 y la Web 2.0).
Sus promotores la ven como un mundo utópico. Es la promesa de un internet descentralizado, que devolverá el poder a los usuarios, como en un inicio lo fue la Web 1.0, pero fácil de usar y con las garantías de seguridad del blockchain.
Jesús Aguilar González, director de Programa y Posgrado en el área de Computación en la Escuela de Ingeniería y Ciencias del Tec de Monterrey, explica que la tecnología blockchain permite crear bienes digitales que le dan a los usuarios la capacidad de poseer una parte de internet que no será violada, copiada ni distribuida de manera ilegal.
La transformación cultural en la era digital: nuevas tecnologías
Los dispositivos, tecnologías de la información y aplicaciones destinadas a facilitar la interacción virtual, en los últimos años, habían avanzado inercialmente. Ahora con la pandemia ha habido un nuevo impulso. Te contamos más sobre la transformación cultural en la era digital.
Este contexto de la pandemia permitió un avance de 10 años en términos de habituarnos al uso de la tecnología, de acuerdo con Guillermo Rodríguez, director de Innovación y Desarrollo Tecnológico de la Dirección General de Cómputo y de Tecnologías de Información y Comunicación (DGTIC) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
Las cosas no serán como antes y pese a que en algunos países la vacunación ha ido avanzando,todos nuestros ámbitos de socialización y educación, desde los íntimos y privados hasta los más multitudinarios,cambiaron por completo.
De ahí la importancia de tener presente las tecnologías protagonistas de esta nueva realidad. Te contamos algunas:
Realidad Virtual y Realidad Aumentada
Con una industria del entretenimiento y del ocio cada vez más demandante, la Realidad Virtual (RV), entornos digitales simulados y la Realidad Aumentada (RA) llegaron para quedarse.
Estas propuestas brindan experiencias de visualización del mundo exterior y apuestan por las interacciones humano-máquina, incluyendo aquellas que puedan derivarse de futuras tecnologías que aún no están disponibles.
Pese a que estos mecanismos tecnológicos tienen tiempo consumiéndose, solo habían encontrado nicho en el sector gamer, pero con la pandemia, su uso se hizo urgente en la industria de la moda, el comercio, el turismo e inmobiliario, a través de las tiendas en realidad virtual y el VR-commerce.
A nivel mundial, la RV y la RA impactarán positivamente a 23 millones de empleos y generará 1.5 billones de dólares en la economía mundial para 2030.
Entre las actividades más beneficiadas por su aplicación están el diseño y desarrollo de productos, la sanidad y el retail, de acuerdo con un informe elaborado por PwC ‘Seeing is believing. How virtual reality and augmented reality are transforming business and the economy’.
En lo relacionado a productos y servicios, la RV y la RA apuntan a que podría generar hasta 359.4 millones de dólares en el PIB mundial para 2030, según el estudio de la consultora, porque ayudaría a través de la simulación y prototipos mejorar los procesos actuales y de la aparición de técnicas totalmente nuevas en diferentes industrias.
El segundo sector que demandaría esta tecnología es el de la salud y el impacto económico alcanzaría los 350.9 millones de dólares, invertido en áreas como la formación de los profesionales sanitarios y el uso de aplicaciones para la mejora del cuidado del paciente.
Otro sector que las empresas tienen en la mira y que puede ser explotado para mejorar la productividad de las mismas consiste en la capacitación de trabajadores, ya que podría utilizarse para facilitar y mejorar la retención de conocimientos, para formarlos de una manera más práctica sin que esto represente daños para la empresa. El monto ascendería a 294.2 millones de dólares para 2030.
Para el caso de las ventas retail y las experiencias de compras en Realidad Virtual, llega con probadores virtuales hasta centros comerciales en este formato, al igual que los renders en Realidad Aumentada con la que el cliente puede ver el mueble que va a comprar y visualizar si hace juego en su sala.
También en el sector de bienes raíces ha sido muy utilizada esta tecnología, que cobró relevancia durante la pandemia. Los ingresos podrían generar hasta 204.0 millones de dólares en los próximos 10 años.
Inteligencia artificial
La inteligencia artificial (IA) ha ganado terreno con tecnología que funciona por sensores e interacción por voz para asistir en ciertas actividades cotidianas.
Ésta aprovecha las computadoras y las máquinas para imitar las capacidades de resolución de problemas y toma de decisiones de la mente humana.
Junto a la inteligencia artificial, se encuentra el machine learning y el deep learning, que ayudan a buscar crear sistemas expertos que hagan predicciones o clasificaciones basadas en datos, de acuerdo con información del micrositio de IBM Cloud Education.
Cabe recordar que en 1997, esta empresa tecnológica creó el sistema Deep Blue de IBM, que venció al campeón mundial de ajedrez Garri Kasparov en una partida de ajedrez.
La inteligencia artificial también transformó la cultura digital, ya que que existen diversas aplicaciones prácticas, como lo es el reconocimiento de voz automático (ASR), la conversión de voz a texto, una funcionalidad que utiliza el procesamiento del lenguaje natural (NLP) para procesar el habla humana en un formato escrito.
Por ejemplo, los smartphones incorporan el reconocimiento de voz en sus sistemas para realizar búsquedas y dictado de voz a texto.
O están los casos de Siri, Alexa y Google Assistant, que proporcionan asistencia y ejecutan algunas acciones básicas como pedirle un resumen diario todas las mañanas, encender la luz o reproducir música.
En lo que compete a las áreas de servicio al cliente, el uso de chatbots en línea están ganando terreno como agentes humanos para orientar al cliente.
Por lo general, responden a preguntas básicas como la documentación para un trámite, la existencia de un producto o la asesoría personalizada. En algunos casos realizan venta cruzada de artículos o sugieren tallas para los clientes.
En este sentido la IA aplicada a este sector, ha transformado la experiencia de clientes en los sitios web y las plataformas de redes sociales. Entre los ejemplos más comunes se encuentran los bots de mensajería en sitios de comercio electrónico con agentes virtuales, las aplicaciones de mensajería tipo Slack y Facebook Messenger y tareas realizadas por asistentes virtuales o por voz.
También los motores de recomendaciones que utilizan los datos del comportamiento basado en los consumidores para usarlo en las ventas por internet son imprescindibles.
Utilizan los algoritmos de IA para descubrir tendencias de datos y desarrollar estrategias de venta cruzada más eficaces para enganchar al cliente. Por ejemplo: para las ventas minoristas en línea, el sistema hace recomendaciones adicionales al cliente.
En el mercado de valores, la IA también se está usando para el diseño y optimización de carteras de acciones, las plataformas de comercio de alta frecuencia impulsadas por IA hacen millones de operaciones por día sin intervención humana.
Dentro de las múltiples opciones que ofrece la IA también se encuentra la visión artificial, la cual permite que las computadoras y los sistemas obtengan información significativa de imágenes digitales, videos y otras entradas visuales, prácticamente que busca procesar imágenes como lo hace la visión humana.
La visión artificial se utiliza con mayor frecuencia en el sector industrial. Aplica los mismos algoritmos y enfoques que las aplicaciones académicas-educativas y gubernamentales-militares, además puede proporcionar recomendaciones, distingue tareas de reconocimiento de imágenes, impulsada por redes neuronales.
La visión artificial está presente en el etiquetado de fotos en redes sociales, las imágenes radiológicas en la salud y los vehículos Full Self Driving System (Sistema de conducción autónoma total).
Nómada digital
No podríamos hablar de la transformación de la cultura digital sin dejar de lado el paradigma laboral, teniendo en cuenta el contexto de la pandemia por la Covid-19 y el crecimiento en el número de compañías con personal trabajando desde casa. Esto llevó a los trabajadores a adoptar un estilo de vida de nómada digital.
El nómada digital es aquel que trabaja de manera remota y que gracias a la tecnología puede desempeñar sus funciones en diferentes locaciones. Un modelo que fue adoptado en grupos más jóvenes y sin familia que optaron por los viajes en lugar de quedarse en casa trabajando.
Antes de la pandemia, existía una obsesión de las empresas por acaparar los principales centros urbanos del mundo para mostrar fuerza y la creencia popular de que las oficinas tenían un rol fundamental para la productividad y la cultura organizacional. Estas ideas quedaron en el pasado.
Según una investigación de la consultora en Recursos Humanos McKinsey, el 80% de las personas encuestadas en Estados Unidos declararon que disfrutan trabajar desde casa, ya que el 41% dice que es más productivo que antes y el 28% aseguró que es igual de productivo.
Muchos empleados han disfrutado de una mayor flexibilidad para equilibrar su vida personal y profesional, además declararon que prefieren trabajar desde casa en lugar de la oficina.
Por su parte, las organizaciones piensan que pueden acceder a nuevos grupos de talentos con menos restricciones de ubicación, adoptar procesos innovadores para impulsar la productividad, crear una cultura aún más sólida y reducir significativamente los costos inmobiliarios.
Por ejemplo, empresas como Deloitte en el Reino Unido permitirá a sus 20,000 empleados elegir cuándo, dónde y cómo trabajar.
Su presidente ejecutivo, Richard Houston, dijo en declaraciones a The Guardian que no va a anunciar un número determinado de días que las personas tengan que estar en la oficina o en ubicaciones específicas.
“Eso significa que nuestra gente puede elegir la frecuencia con la que vienen a la oficina, si así lo desean mientras se enfoca en cómo podemos servir mejor a nuestros clientes”.
La empresa Unilever en aquel país también declaró que el personal nunca regresará al patrón habitual de los cinco días en la oficina de manera semanal, ya que lo llamaron “muy anticuado”.
Lo que sí es cierto es que el teletrabajo y el nomadismo digital están destinados a ser adoptados masivamente en un mundo posCovid-19, lo que representará un reto para las empresas.
Tendrán que hacer una mayor inversión en herramientas digitales, como proporcionar más ciberseguridad para evitar los robos de información, así como el uso de aplicaciones para teleconferencias.
El aumento repentino de la actividad en línea puede tener grandes implicaciones en el sistema de estabilidad, solidez de la red y seguridad de los datos, especialmente en partes del mundo donde las telecomunicaciones y la infraestructura de sistemas no está tan bien desarrollada o no es prioridad para algunos gobiernos.
Según el informe de Deloitte People, technology, and the path to organizational resilience, dentro de las múltiples consideraciones que presenta para preservar la continuidad de operaciones de negocios están las buenas prácticas en las herramientas tecnológicas.
Esto implica la orientación para que las personas conserven el ancho de banda y los recursos para reducir el estrés en los sistemas.
Por ejemplo, para respaldar ese trabajo, los especialistas recomiendan prestar atención al ancho de banda, infraestructura VPN, DevOps y autenticación. El uso de mecanismos de control de acceso, así como las herramientas de seguridad, para soportar las demandas de tráfico pico.
También se debe considerar la posibilidad de proporcionar acceso VPN / remoto a contratistas y terceros para brindar soporte.
Así como la compra de licencias adicionales para herramientas de colaboración como Zoom, Skype, Slack, etcétera para reuniones más pequeñas, usar teléfonos celulares para liberar ancho de banda para reuniones más grandes; y evitar envío de archivos masivos, a menos que se utilicen herramientas como SharePoint y Teams.
¿Qué es la seguridad en la red?
El hackeo o el robo de información es toda una industria. Los beneficios que obtienen los ciberdelincuentes van desde probarse a sí mismos –su destreza burlando la seguridad tecnológica de empresas y gobiernos– hasta sacar un beneficio económico al vender tus datos o hasta hacer activismo. Te explicamos qué es la seguridad en la red y el porqué debemos invertir en ella.
Con la llegada de la pandemia del Covid-19 y el uso del internet para mantenernos comunicados se registró un aumento de los ciberataques, como lo han mencionado especialistas del Foro Económico Mundial.
Estiman que en la gran mayoría de los ciberataques, aproximadamente en el 98% de los casos, se implementan métodos de ingeniería social y, de esa forma, todos somos más vulnerables.
Por ejemplo, en México, más de la mitad de las organizaciones fueron víctimas de un ciberataque.
Esto es más que el doble del número de afectados en Brasil (22%), Sudáfrica y Japón (ambos 23%), de acuerdo con un estudio realizado por Sophos, compañía británica de software y hardware de seguridad.
De ahí la importancia de la seguridad en la red, que es un aspecto al que −quizá− no se le da tanta relevancia o la inversión suficiente sobre todo en México, de acuerdo con Leonardo García, desarrollador de apps y columnista sobre temas tecnologías de la información y redes sociales.
En entrevista para Tec Review, Leo García, como popularmente le conocen en Twitter y quien desde dicha cuenta se ha dedicado a concientizar sobre lo vulnerables que estamos a los ciberataques, describe la seguridad en la red como hacer uso de las tecnologías y la mensajería privada y, a la vez, no exponer la integridad de tu información personal.
Asimismo, que esta información pueda tener un cierto grado de privacidad en la comunicación y en el flujo de la información, para que no sea expuesta a un ataque malicioso.
“La seguridad en la red abarca el manejo de la identidad, las credenciales de seguridad −como nuestra contraseña−, así herramientas de doble factor de seguridad y la información biométrica, que son datos inherentes a la persona o usuario. Se trata de todos los elementos que pueden hacer más seguro nuestro contacto con el internet de las cosas”, comenta.
En pocas palabras, la inseguridad en la red es esa debilidad o falla que puede ser aprovechada por un actor malintencionado para realizar acciones no autorizadas dentro de un sistema informático.
¿Qué es la ingeniería social?
Pero no solo empresas, defensores de derechos humanos o periodistas son vulnerables, todos podemos caer en alguna estafa, engaño o robo de información.
Caemos porque conocen nuestros temores, cosas que nos interesan o con algo que habitualmente solemos hacer, a eso le llaman ingeniería social.
Leo García explica que los usuarios pueden caer en un engaño con el robo de información con herramientas sofisticadas como Pegasus y están hasta las más agresivas que hacen a nombre de los bancos, creyendo que estás entrando a la página de tu banco y la víctima terminan dando toda su información para ser robada.
“No hay nada elaborado. Solo saben qué mensaje correcto mandar para que la gente se enganche y entregue sus datos. Acá el truco es que saben cómo presentarlo para que la gente dé su información”, explica.
El 98% de los ciberataques se basan en la ingeniería social, de acuerdo con expertos de Purple Sec en su más reciente informe de seguridad cibernética 2021.
Además, 43% de los profesionales de tecnologías de la información dijeron que habían sido objeto de esquemas de ingeniería social en el último año.
El mismo estudio menciona que 21% de los empleados actuales o anteriores utilizan la ingeniería social para obtener una ventaja financiera, por venganza, por curiosidad o por diversión.
Añade que los intentos de ingeniería social aumentaron más del 500% entre el primer y el segundo trimestre de 2018.
En el caso de las redes sociales, el experto señala que les damos mucha información.
Por ejemplo, aunque digas que no publiques nada en Facebook, tu información está alojada ahí y vale mucho dinero para ellos, porque la usan para segmentar y con ello vender estratégicamente publicidad para las marcas.
¿Qué es la Deep Web?
Entrar a páginas de internet, utilizar motores de búsqueda para encontrar información, usar el correo electrónico o hacer compras en línea, son actividades que ya se podrían considerar como cotidianas. Pero, ¿sabías que eso que conoces es apenas el 10 % de todo el universo que existe en red? Aunque no lo creas es así, por lo que existe un 90 % de espacio la cual no suele ser tan conocido y visitado: te contamos qué es la Deep Web.
Tec Review conversó con Paul Lara, periodista especializado en temas de tecnología, ciberseguridad y deportes electrónicos, quien explicó el funcionamiento de la “red profunda”, las cosas que en ella se pueden encontrar y compartió consejos para quienes deciden sumergirse en sus profundidades.
Lara explica que la Deep Web nace en conjunto con el internet a finales de los años de los 70 o principios de los 80, y se desarrolló cuando su uso dejó de ser exclusivo de gobiernos y se masificó entre la población.
Comenta que es un espacio tan amplio en la red que no se es accesible al navegar con motores de búsquedas tradicionales como Google, Yahoo, Bing, entre otros.
Explica que la Deep Web se diferencia del internet tradicional por su regulación: en ella no existen los controles de seguridad que existe en la web como aquellos que están en los motores de búsquedas, o en los candados de la barra de direcciones de los navegadores cuando se buscan página web específicas.
“Si de por sí en el 10 % del internet tradicional existen problemas de ciberseguridad y hackeo con todo y sus controles, ahora imagina en la Deep Web que no tiene esos controles”, comenta.
¿Debemos invertir en bitcoin?
Las próximas revoluciones serán digitales y ante una ciudadanía en países en desarrollo, excluida financieramente, invertir en Bitcoin y −en general− en las criptomonedas se ha convertido en una alternativa posible, porque no exige tantos requisitos como la banca tradicional.
Pero ¿de qué hablamos cuando hablamos de criptomonedas? Debemos imaginarlas en función de una wallet o billetera virtual y no como una cuenta bancaria que te pide tu nombre y tus datos.
La criptomoneda registra el “historial” de los movimientos o transacciones de sus usuarios, a través de la tecnología conocida como blockchain (o cadena de bloques).
Cada “bloque”, es como una pila de Lego. La seguridad de esa cadena radica en que cada bloque permanece. Esa información se distribuye duplicada en muchos espacios en la red, conocidos como nodos. Y no hay una institución que sea la dueña de la información, por eso permanece segura, porque no puede ser modificada.
Bitcoin es la criptomoneda más usada y la que tiene más valor, pero suele ser volátil debido a los cambios de opinión de sus mismos impulsores, como Elon Musk.
También existen otras, como Ether, Cardano y Tether y hasta una inspirada en un meme: la Dogecoin.
Sin embargo, el uso de las monedas digitales ha llamado la atención y ha generado resistencia de los bancos centrales del mundo y también de los gobiernos.
¿Es seguro adquirir bitcoins en México?
En 2019, el Banco de México (Banxico) emitió las disposiciones aplicables a las instituciones de crédito e instituciones de tecnología financiera en las operaciones que realicen con activos virtuales, en la que se estableció que estas instituciones deberán contar con previa autorización del banco central para realizar “operaciones internas” con activos virtuales.
Además, con base a esa normativa, se dejó en claro que las instituciones financieras no están autorizadas a celebrar ni ofrecer al público operaciones con activos virtuales, tales como el Bitcoin, Ether, XRP, entre otras, incluidos los depósitos o cualquier otra forma de custodia, así como el intercambio o transmisión.
Tanto la CNBV, Banco de México como la Secretaría de Hacienda han sido enfáticas en las advertencias sobre el uso de estos activos virtuales como depósito de valor o como otra forma de inversión.
Luis Gonzali, codirector de Inversiones en Franklin Templeton Investments, es más escéptico al criptoespacio.
Explica que hay instituciones reguladas por la Ley Fintech que venden las criptomonedas, pero no bajo la Ley de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV).
Aclara que sí se pueden comprar, pero lo que no se puede hacer es que instituciones financieras tradicionales vendan a sus clientes criptomonedas o tengan productos de criptomonedas.
“Por ejemplo, si Ricardo Salinas Pliego quisiera meter productos de criptomonedas a Banco Azteca, eso no se puede hace y tanto la Comisión como Banxico han sido muy enfáticas en que no es posible”, comenta el experto en inversiones.
Para permitir o no la circulación de criptomonedas, Banxico tiene la última palabra y, en este sentido, Gonzali asegura que el banco central no tiene los incentivos para hacerlo.
Como mexicano, puedes comprar y vender criptomonedas como si fuera un activo-inversión, pero, en la opinión del experto, es un medio de especulación, porque no tiene ciertas características que tienen los activos como flujos, es decir, una economía detrás. (Con información de Laura Brugés y Luz Olivia Badillo)