En el pasado, el telégrafo transmitía mensajes codificados, en clave Morse, muy útil durante las dos guerras mundiales. Para su transmisión se desplegaban largos cables marinos, que permitían la conexión. Tres siglos después, ese tipo de cables sirve para trasladar grandes paquetes de información, sin los que sería imposible conectarse, por ejemplo, a la internet inalámbrica. China y Chile acaban de anunciar que están estudiando un proyecto de telecomunicaciones que podría unir a Asia con el contienente americano.
Pedro Huichalaf, Subsecretario de Telecomunicaciones de Chile, señala que el plan implica un cable submarino de una longitud gigantesca, la mayor del mundo. Resalta que el proyecto desarrollaría la zona latinoamericana del Pacífico, lo que resulta necesario porque, hasta ahora, las inversiones de este tipo se centran en el Atlántico.
Se trata de extender unos 18.000 kilómetros de cable entre estos dos puntos, Chile y China, una tarea titánica que implica dificultades de todo tipo, incluyendo las de orden climático.
Aun así, se trata de un proyecto factible y beneficioso, que se justifica plenamente, dice desde Estados Unidos José Otero, director para América Latina y el Caribe de 4G Américas, una alianza de proveedores de banda ancha móvil: “El volumen de datos que está saliendo de Chile en términos de conexiones a internet … se está incrementando exponencialmente. Con este nuevo cable …. vamos a aliviar los cables ya existentes”.
Pero, ¿por qué Chile ha decidido embarcarse en este proyecto? El Subsecretario Pedro Huichalaf argumenta que hasta ahora Chile ha sido muy dependiente de los cables existentes en la región. De allí que se hagan estudios de factibilidad completos para conectar directamente a Chile con toda la zona Asia-Pacífico.
Chile tiene actualmente conectividad a través de cables terrestres que llegan a Argentina. De allí, la conexión llega hasta Estados Unidos y al resto del mundo. De manera que el largo país sudamericano podría, con este cable, convertirse en el nexo entre Asia y el resto de America Latina.
Un cable interoceánico podría ampliar la capacidad de conectividad del país. En Chile ya se experimenta con la señal 4G en 700 megahertz, el cableado con China le permitiría ir más allá.
José Otero, de 4G Américas, subraya las ventajas de estas instalaciones técnicas: “Al tener este cable se mejora la experiencia del usuario porque no va a haber ningún cuello de botella … Y, por otro lado, se asegura que el país se vuelva una de las salidas internacionales hacia Asia más importantes”.
China ganaría presencia en una región en la que le interesa estrechar vínculos comerciales. Pero, a la par de abaratar costos de internet y aumentar la capacidad de conexión, el cable submarino puede tener un efecto insospechado en otras areas, abriendo opciones a nuevas empresas y potenciando proyectos que ya existen.
Aún no hay fecha para la puesta en marcha de este ambicioso proyecto. Y cuando ya esté instalado no mire al cielo… al cable solo lo verán los submarinos.
Entrevistados: Pedro Huichalaf, Subsecretario de Telecomunicaciones de Chile; José Otero, director para América Latina y el Caribe de 4G Américas.