SDP Noticias | 7 de febrero 2016.
La historia de Teléfonos de México se remonta al año de 1947
Las telecomunicaciones son esenciales para el desarrollo económico de cualquier país del mundo, así como para el bienestar de la población en general. La forma de comunicarse de las personas ha sufrido grandes cambios tecnológicos y se ha diversificado; se podría decir que en los últimos 30 años se ha llegado a tener una verdadera revolución en esta materia.
La historia reciente de las telecomunicaciones en México, no se podría entender sin analizar y comprender la importancia de Teléfonos de México (Telmex), que actualmente maneja, Carlos Slim.
La historia de Teléfonos de México se remonta al año de 1947 cuando fue fundada la empresa de telecomunicaciones, con la fusión de la compañía de origen sueco Ericsson y la International Telephone and Telegraph Company, con lo que se convirtió en la única proveedora de servicios telefónicos en el país. El Estado mexicano otorgó facilidades para que el 20 de agosto de 1958 empresarios mexicanos, encabezados por Carlos Trouyet, adquirieran la totalidad de las acciones de Telmex que en ese entonces estaban en poder de las dos transnacionales de la comunicación (AT&T y Ericsson), con lo cual el capital nacional logró controlar a dicha empresa.
El gobierno del presidente Luis Echeverría Álvarez, decidió en 1972 adquirir el 51 por ciento de las acciones de Telmex, con lo que el Estado mexicano se convirtió en el socio mayoritario de la empresa, reservando un 49 por ciento de ellas para la iniciativa privada.
Las acciones de Telmex que estaban en manos privadas, muchas de ellas pertenecían a clientes de la empresa que adquirían la línea telefónica, también tenían que comprar acciones de la compañía.
La idea de que los clientes de Teléfonos de México se volvieran al mismo tiempo accionistas de la empresa fue de Carlos Trouyet, en la década de los sesentas del siglo pasado; siendo esta una forma muy eficiente para capitalizar a la empresa y pudiera llevar a cabo sus planes de expansión.
El monopolio telefónico dirigido por funcionarios del gobierno federal, en los años setentas y ochentas del siglo pasado, proporcionaba un servicio muy deficiente; las quejas de los usuarios eran muchas, para que se diera una línea telefónica nueva, pasaban meses, el atraso tecnológico era patente, por lo que era necesario hacer cambios que rompieran el monopolio de Telmex y se proporcionara un mejor servicio para las y los consumidores.
El sismo que sacudió la ciudad de México en el año de 1985 afectó profundamente el sistema telefónico de la capital del país y con efectos también para el servicio de otras zonas del territorio nacional. Los técnicos de Telmex, hicieron grandes esfuerzos para reparar los daños al equipo ocasionados por movimiento telúrico y el gobierno federal destinar un mayor presupuesto para estas reparaciones y para ayudar a la población damnificada del Distrito Federal, las cabinas públicas, no cobraban el servicio, es decir se podían hacer llamadas gratis.
El gobierno de Carlos Salinas de Gortari en 1990 comenzó un proceso de privatización, por lo que licitó el paquete completo de la telefonía, aparte de que se dieron concesiones para dar el servicio de forma privada. Se presentaron varios grupos de inversionistas formados por empresas nacionales e internacionales y resultó ganador el consorcio creado por Carlos Slim (Grupo Carso), en alianza con France Télecom y SBC Communications, junto con otros pequeños inversionistas.
El consorcio de Carlos Slim se apoderó del 53 por ciento y, al ser el accionista mayoritario, compró un restante y dejó al resto del grupo con un 31 por ciento de las acciones. Finalmente en 1991, el gobierno mexicano vendió el restante. Por otro lado, Grupo Carso recompró las acciones de sus socios y quedó con el control completo en 1999 con el 100 por ciento de las acciones.
La privatización de Telmex significó un plan de inversión en nueva tecnología, fibra óptica y cobertura total del país y fue tal el éxito de la compañía de Slim, que se volvió una especie de monopolio privado. La compañía de comunicación, restableció también el cobro en casetas por marcación de disco de GTE Corporation por las casetas digitales de tarjetas electrónicas individuales.
La apertura del mercado de la telefonía de larga distancia en México se llevó a cabo en 1997 con lo cual entraron a la competencia de este servicio la estadounidense AT&T y Avantel de Roberto Hernández y que era dirigida por Francisco Gil Díaz (quien fue sub secretario de hacienda en el gobierno de Carlos Salinas y Secretario de Hacienda y Crédito Público en el gobierno del presidente Vicente Fox) entre otras, pero ninguna logró afectar seriamente a Telmex, dadas las prácticas anti competitivas por parte de la empresa de Slim y solapadas por la autoridad gubernamental.
La privatización de la telefonía en México no significó despidos y por el contrario hubo más contratación de trabajadores, pero desde 1996 las personas que entraban a laborar, lo hacían en condiciones menos favorables con mucho menos prestaciones y salarios más bajos.
Actualmente Telmex ofrece una variada gama de productos y servicios relaciones con las telecomunicaciones en México, América Latina y Estados Unidos, entre los que se incluyen una extensa red de telefonía, televisión por suscripción e internet que, se incluyen extensa red de telefonía tanto fija como móvil, televisión por suscripción e internet que, junto con América Móvil, son controladas por el Grupo Carso.
América Móvil es también una empresa del Grupo Carso con presencia en 18 países de América, con más de 260 millones de usuarios, y actualmente la cuarta compañía de telecomunicaciones más grande e importante del mundo. Opera en varios países con el nombre de Claro.
El mercado de la telefonía fija, así como la telefonía móvil, en México son ampliamente dominado por los consorcios de comunicación de Slim y en el periodo de los gobiernos tanto de Vicente Fox y de Felipe Calderón se tuvieron una de las mayores tarifas para estos servicios, pero con la Reforma en Telecomunicaciones promovida en la administración de Enrique Peña Nieto, las tarifas han bajado y se suspendió el pago por el servicio de larga distancia a nivel nacional.
Para muchos analistas la privatización de Telmex desde un principio se incurrió en errores, ya que esta debió hacerse dividiendo la empresa en distintos segmentos que limitaran su capacidad de imponer barreras a sus competidores, pero no debemos olvidar el gravísimo estado de deterioro en que se encontraba la red y lo deficiente de sus servicios. Ahora tenemos un mucho mejor servicio que en los años 70 y 80 del siglo pasado y con la Reforma en Telecomunicaciones ya hay más competencia y mejores tarifas.
