Itzel Castañares | El Financiero | 31 Marzo 2016
Los ingresos por televisión abierta de TV Azteca y Televisa han venido a la baja en los últimos años en México, reflejo de que ha envejecido; sin embargo, buscan rejuvenecerse con nuevos contenidos.
La población joven cada vez se siente menos atraída por los contenidos de la TV abierta. Y no sólo eso, la oferta de la televisión de paga y el arribo de nuevas plataformas tecnológicas son reflejo de que la TV abierta ha envejecido. Sin embargo, la llegada de una tercera cadena abierta nacional, y la espera de una cuarta, ponen a los nuevos y viejos jugadores ante grandes retos para competir.
Al cierre de 2015, los ingresos del sector de radiodifusión sumaron 40 mil 183 millones de pesos, una baja de 8.1 por ciento respecto al año previo, reflejo de la tendencia a la baja del segmento. Para la TV abierta, las ventas fueron de 37 mil 410 millones repartidos en un 53.1 por ciento para Televisa y 40 por ciento para TV Azteca, según datos de The Competitive Intelligence Unit (CIU).
Ante la entrada de más jugadores a la TV abierta, el duopolio, cada uno por su parte, ha tenido que desarrollar estrategias de renovación tanto en su estructura directiva como de contenido, en un negocio que aún tiene el control publicitario con un casi 48 por ciento, por encima de la TV de paga, la radio, revistas, prensa, cine e internet.
El año pasado, Televisión Azteca designó a Benjamín Salinas Sada, hijo de Ricardo Salinas Pliego, como CEO de la televisora, lo que trajo consigo otros cambios a nivel directivo. Para este año, el joven empresario alista la creación de Estudio 7 y Estudio 13 con el objetivo de mejorar los contenidos en TV abierta, y se hizo de asesoría para la realización de telenovelas y series.
Esto se da en un entorno donde los resultados no se le han dado al grupo. En el último trimestre de 2015 perdió 511 millones de pesos ante mayores costos y gastos, aunado a la debilidad del peso.
Por su parte, Televisa apuesta por fortalecer sus contenidos no sólo en TV abierta sino también en la TV de paga y en su nueva plataforma blim, centrándose en la producción de más contenidos propios, donde tendrán cabida alianzas con otros productores para generar material en español.
A la espera de la subasta del espectro de TV abierta que dejó desierto Radio Centro en abril del año pasado, Ernesto Piedras, CEO de CIU, apuntó que si el IFT determina que la nueva cadena de TV abierta será regional, la suma de los operadores no dará al mercado la fuerza que da una a nivel nacional.
“Ya viene más competencia. El gran competidor a la TV abierta y al audio y video asociado es el mundo digital: la transferencia de presupuestos hacia el mundo digital”.
Según el último reporte del IFT, la televisión abierta tuvo una baja de 15.25 por ciento en el consumo de programas a través de sus señales, contrario al aumento de 12.42 por ciento que observó la TV restringida.
De acuerdo con CIU, el segmento de televisión de paga alcanzó 17.6 millones de suscriptores al 2015, mientras que el segmento de video sobre demanda, donde participa Netflix, llegó a 22.7 millones.
Gabriel Sosa Plata, experto en temas de telecomunicaciones y radiodifusión, dijo que el principal reto será mantenerse en la preferencia de las audiencias.
“En el nuevo escenario comunicacional y mediático, la TV abierta seguirá siendo muy importante en la vida cotidiana de millones de mexicanos por la aún baja penetración de la TV de paga e internet, pero ya no en las mismas condiciones de hace 20 años. Su digitalización abre una oportunidad para sostenerse con nuevos contenidos y más calidad de imagen y sonido”, agregó.
SE RENUEVA EN EU Y EUROPA
A nivel mundial, las cadenas de televisión abierta operan bajo distintos modelos ante los cambios tecnológicos.
En España, la Corporación de Radio y Televisión Española (RTVE) cambió desde 2010 su modelo de financiamiento mixto, y ahora está integrado de recursos públicos y privados.
En Estados Unidos, Fox, CBS, NBC y ABC demandaron a la firma Aereo, que transmite vía internet señales de TV abierta, por ofrecer a sus usuarios programas de estas cadenas, por lo que amenazaron con abandonar la señal abierta y migrar a la TV de paga.
Por su parte, la BBC de Londres ha recortado su platilla laboral y reducido sus gastos administrativos para sobrevivir al arribo de nuevos formatos. En Colombia, Caracol TV y RCN mantienen la disputa para que los operadores de televisión por cable no transmitan sus contenidos de TV abierta.