Claudia Juárez | El Economista | 22 de Octubre 2015
“No tenemos ningún problema en dejar la operación analógica por el tiempo que se definiera para defender a las audiencias”.
En un entrevista radiofónica, el empresario dijo que “eventualmente se tendrá que apagar (la señal analógica), pero si se quiere mantener el 31 de diciembre y dejar a 7 millones de personas sin televisión es un tema de autoridad. Creo que habría manera de poder llegar a la mayor población posible tomando un tiempo, como sucedió en Estados Unidos, alargando el proceso varios meses cuando no tenían 5 por ciento”.
Azcárraga enfatizó que el grupo no busca “boicotear” el apagón, “sólo queremos defender el derecho de la gente de tener acceso”.
No obstante, “necesitamos encontrar una manera de que esta gente tenga el acceso a esta televisión”.
Caso Monterrey debe ser motivo de preocupación
El Instituto del Derecho de las Telecomunicaciones (Idet) aseguró que debe ser un motivo de preocupación el hecho de que en la ciudad de Monterrey, que tiene un PIB per cápita comparable con algunos países europeos, con hábitos digitales avanzados, además de condiciones socioeconómicas que superan el promedio nacional, la instrumentación del apagón analógico, que debió ser un ejercicio sencillo, no lo fue.
Dio como referencia que en un ejercicio de extrapolación de resultados de la transición a la TDT de aquella localidad al ámbito nacional, alrededor de 12 millones de mexicanos, 10% de la población de un total de 121 millones, dejaría de recibir la señal de televisión en sus hogares al momento de encender sus pantallas al comienzo del 2016. “Esto en un ejercicio lineal, como si las condiciones socioeconómicas de Monterrey fueran iguales en el resto del país”.
“Sin embargo, es previsible que ante la inequidad persistente en la distribución del ingreso, así como las disparidades en hábitos tecnológicos entre las diversas regiones del país, ese porcentaje podría llegar a ser el doble e incluso mayor en estados de mucho menor grado de desarrollo”, dijo.
A poco menos de dos meses y medio del cumplimiento del plazo constitucional para decretar el cese de señales de televisión analógica en todo el país, el 31 de diciembre de este año, el IFT y Nielsen-Ibope dieron a conocer que después del cese de la señal analógica en Monterrey, casi 650,000 personas se quedaron sin televisión, aunque, según la firma Planning Quant, la cifra fue de 472,635 personas, o 120,795 hogares.