2021.06.22
Vía El País
La productora Amblin y la plataforma digital anuncian un acuerdo de colaboración en un comunicado que no especifica si alguna de las películas del contrato serán dirigidas por el cineasta.
La productora Amblin Partner,
propiedad de Steven Spielberg, y
la plataforma digital Netflix han anunciado un acuerdo por el que la primera compañía producirá varias películas (habla de películas, no de series) para la empresa de
streaming durante varios años. No hay mucha más información sobre el acuerdo, que no especifica si algunos de esos títulos podrían ser dirigidos por el propio cineasta, pero lo que sí aclara es que la relación entre Amblin y el estudio Universal (donde incluso físicamente se encuentran las oficinas) no sufrirá ninguna variación. Universal ha distribuido desde hace décadas los filmes producidos por Amblin, como
Green Book y
1917, renovó en 2020 su alianza por cinco años —en los que proporcionará de tres a cinco películas por temporada— y en su calendario está, para junio de 2022, el lanzamiento de
Jurassic World: dominion. El nuevo trabajo de Spielberg,
el musical West Side Story,será estrenado por Disney en diciembre.
En el comunicado, Spielberg afirma: “En Amblin, las historias siempre han estado en el centro de todo lo que hacemos, y desde el primer minuto en que Ted [Sarandos, uno de los responsables de Netflix] y yo comenzamos a negociar, quedó claro que teníamos una oportunidad asombrosa para contar nuevas historias juntos y llegar de nuevas maneras al público”.
Aunque Spielberg es uno de los grandes defensores de la necesidad de que pervivan las salas, siempre ha hecho declaraciones sobre un futuro de los cines acotado a películas evento. En 2019 hubo un rumor, negado por el cineasta,
que aseguraba que había defendido ante la junta de gobierno de la academia de Hollywood la prohibición de que películas de plataformas que no hubieran sido estrenadas en una gran pantalla participaran en los Oscar.
Con Spielberg, Netflix suma otro grande a su nómina de directores, en la que ya están creadores como David Fincher o Guillermo del Toro. Este movimiento forma parte de la guerra entre plataformas, que desde hace dos años se enfrentan por poseer mayor cantidad de títulos atractivos para el cliente potencial. En mayo Amazon compró los estudios cinematográficos Metro Goldwyn Mayer (MGM) por 6.910 millones de euros. Así, la empresa de Jeff Bezos sumaba a su plataforma Prime una biblioteca con 4.000 títulos, y el acuerdo incluía las exitosas franquicias de James Bond y Rocky, pero dejaba fuera títulos clásicos que ayudaron a forjar la legendaria reputación de la MGM como El Mago de Oz, Cantando Bajo la lluvia y Lo que el viento se llevó, entre otras: los derechos de las producciones anteriores a 1986 son propiedad de Warner.
Días antes de esa compra, el gigante AT&T decidió escindir de su tronco su empresa WarnerMedia y fusionarla con Discovery, otro grande de la creación de contenidos, surgiendo así una poderosa división de productos que alimentará su plataforma. La fusión, que se cerrará en 2022, permite a ambas compañías poner bajo un mismo techo las ficciones de HBO, las noticias de CNN, los documentales de Animal Planet y Discovery, los programas de estilo de vida de Oprah Winfrey y las populares emisiones de Food Network, por ejemplo.