Ante el fracaso de mecanismos como la separación funcional y el efecto “bola de nieve” que ha generado la “ineficaz” implementación de la regulación asimétrica, la separación estructural del Agente Económico Preponderante (AEPT) podría ser la única solución viable para alcanzar una competencia efectiva y lograr el acceso asequible a los servicios de telecomunicaciones en México, coincidieron diversas empresas del sector.
“El mercado mexicano de telecomunicaciones no puede mantenerse durante otra década en los niveles actuales de concentración del mercado. Aunque la tendencia reciente muestra una desconcentración gradual, se requeriría un cambio estructural significativo para alcanzar un mercado verdaderamente competitivo en el mediano plazo”, dijo Canieti.
Al participar en la consulta pública sobre la efectividad en términos de competencia de la regulación que desde el año 2014 se aplica a América Móvil, Telmex y Telcel, la cámara sostuvo que aunque en los últimos 10 años el IFT se ha esforzado por intentar mitigar el poder de mercado del agente preponderante a través de medidas conductuales, la regulación asimétrica no ha tenido éxito.
“El IFT ha utilizado mecanismos que van desde la separación contable hasta la separación funcional para intentar garantizar la equivalencia de acceso; sin embargo, todos ellos han fracasado”.
En 2017 el Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT) ordenó al AEPT separar funcionalmente a Telmex y Telnor creando las Empresas Mayoristas con el propósito de proveer servicios mayoristas a sus competidores en condiciones no discriminatorias para facilitar el acceso a dichos insumos, sin conseguir los resultados necesarios.
“Tan es así que la escala de Telmex es del doble de sus competidores. Asimismo, la participación de mercado de Telcel permanece prácticamente sin cambios desde hace casi ocho años capturando más de 70 por ciento de los ingresos del mercado móvil. La efectividad de medidas conductuales podría mejorarse si el IFT mantuviese estrictas condiciones de verificación y penalización ante incumplimientos”.
Sin embargo, sostiene la Canieti, la evidencia sugiere que dado que estos esfuerzos no han tenido resultados en la última década y las condiciones críticas de sostenibilidad de los mercados fijo y móvil son cada vez más alarmantes es necesario implementar medidas que garanticen el acceso no discriminatorio a los servicios mayoristas y eliminen por completo las ventajas artificiales asociadas a la escala del agente preponderante.
En el mismo proceso de consulta, Grupo Televisa coincidió en que la solución natural para alcanzar una verdadera competencia y acceso asequible a los servicios de telecomunicaciones para todos los mexicanos es la separación estructural del AEPT.
“La propuesta de Separación Estructural podría generar beneficios para todas las múltiples partes interesadas, incluidas la eliminación de barreras para compartir infraestructura, una mayor competencia en el segmento minorista, una potencial mejora en el acceso a capital por parte del operador incumbente, y la reducción de los costos de verificación y penalización del órgano regulador”.
La firma reconoce que la implementación de la separación estructural requerirá un tiempo considerable para que el Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT) pueda estudiarla, estructurarla y llevarla a cabo de manera exitosa.
“Mientras tanto, es esencial que el Instituto realice los ajustes a las Medidas de Preponderancia y a la Separación Funcional, conforme a las descripciones presentadas en esta respuesta y las conclusiones de la tercera revisión bienal”.
Por su parte, AT&T México dijo que después de nueve años de la emisión de las primeras medidas necesarias para evitar que se afecte la competencia y la libre concurrencia, y sin que aún existan condiciones de competencia en el mercado de las telecomunicaciones o de que se esté cerca de conseguirlo, imponer una medida relacionada con la separación estructural del AEPT se considera razonable, proporcional e idónea al fin que se persigue.
Dicha medida tiene una finalidad constitucional legítima, combatir la existencia de un agente económico preponderante que implica un riesgo para la competencia económica, la libre concurrencia y los usuarios.
Además, la separación estructural del preponderante sería adecuada, proporcional, idónea, apta y susceptible de alcanzar sus fines constitucionales, que es generar competencia en el sector e incrementar el bienestar de los consumidores, ante un escenario en que ninguna otra medida ha probado ser efectiva.
Incluso, refirió, una medida de este tipo estaría alineada a las recomendaciones que ha realizado la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) en los estudios que ha realizado sobre el sector de telecomunicaciones en México.
En el caso de Telefónica, la firma asegura que en el último periodo de aplicación de las medidas (2020-2023) no sólo no se mejoró la situación de la preponderancia en el sector, “que ya en la revisión anterior de 2019 mostraba una tendencia muy preocupante hacia la reconcentración”, sino que empeoró desde la última revisión, especialmente en el mercado de los servicios móviles.
Esto permite constatar una clara falta de efectividad de las medidas, que no llegan a ser efectivas y/o presentan un enorme retraso en su implementación y desarrollo para que apenas puedan tener un impacto en el horizonte de la tercera revisión bienal.
Asimismo, expuso, es evidente la reconcentración del mercado móvil, que genera una situación de círculo vicioso de sostenibilidad del mercado para los competidores y de entrada y expansión de estos, dadas las economías de escala propias de este mercado, impidiendo mejores precios y servicios para los usuarios finales.
“Los operadores móviles invierten más que el AEPT, pero no consiguen mover su participación de mercado por la inexistencia de contrapesos efectivos a la preponderancia”.
La empresa recuerda que dentro de poco se cumplirán 10 años desde la reforma constitucional en materia de telecomunicaciones y apenas se habrán producido avances en el que debería ser el principal objetivo, asegurar la competencia efectiva y reducir la concentración en el sector.
“El paso del tiempo y el fracaso de las sucesivas revisiones bienales no han hecho más que demostrar su ineficiencia en términos de competencia en tanto la situación de preponderancia en el sector en su conjunto se ha venido manteniendo durante todos estos años, e incluso ha empeorado coadyuvando a la reconcentración de algunos mercados, especialmente, en el móvil”.
