2018-08-17
La economía colaborativa es un desafío para los gobiernos y las políticas públicas.
Vigilar empresas como Roku que han abierto nuevos caminos para eludir los derechos de autor al amparo de la tecnología también lo es.
Empresas como Uber, Cabify y Airbnb, por sólo mencionar algunas, buscan inaugurar una nueva época en servicios y empleo que beneficie a los clientes.
La apuesta es disponibilidad en servicios y en menores precios para el consumidor.
Antes, sin embargo, las empresas de la economía colaborativa necesitan remontar los problemas de reputación porque están renunciando a cumplir con las responsabilidades básicas de una compañía.
En el caso de las empresas que desarrollaron sistemas para integrar a propietarios de autos para ofrecer servicios de transporte, ni Uber ni Cabify están dispuestas a responder por los problemas que enfrentan los usuarios.
En algunas jurisdicciones se ha prohibido la operación de su plataforma porque, precisamente, no existe una regulación que los obligue a respetar reglas básicas para los clientes.
El negocio de los contenidos
En el negocio de los contenidos que se distribuyen vía satélite pasa algo parecido.
El dispositivo Roku, que se está convirtiendo en el líder en este nuevo mercado en Estados Unidos, aparece ya como una carretera que conectará a usuarios con los generadores de canales privados.
Un buen ejemplo de economía colaborativa sería sí en la ecuación todas las partes respetaran los derechos y la normatividad vigente.
El problema es que la tecnología abre espacios con los que se busca ignorar el pago de derechos u obligaciones.
En el caso de Uber o Cabify se considera que el pago de derechos por ofrecer un servicio de transporte público ya no es necesario porque usuario y oferente del servicio pueden ponerse en contacto mediante un acuerdo privado.
El problema, sin duda, es cuando se presenta un problema entre particulares.
En el caso de Airbnb, con todas las ventajas en materia de tarifas para los turistas, los problemas en la regulación y en el mantenimiento de los inmuebles que se rentan cada vez son más frecuentes.
¿Quién responde? Airbnb no.
Derechos y obligaciones
Roku, en nuestro reportaje de portada (disponible en Sanborn’s) ofrece una alternativa para que generadores de contenidos independientes presenten sus canales para probar y conocer a sus audiencias.
Es por esta razón que su sistema ofrece algunas ventanas tecnológicas para abrir su plataforma.
Lo negativo es que esta misma posibilidad puede ser aprovechada por canales privados que ofrecen piratería, que no están dispuestos a pagar por los derechos de autor.
Roku tendría que modificar su sistema para garantizar que no se presenten este tipo de violaciones a la normatividad.
¿Es esta la nueva televisión? Nos parece que no.